Enterrada la posibilidad de poder despedirse del Nápoles con un título continental y aunque todavía le quedan un par de ‘balas’ en la Serie A (este sábado visita a la Juve y en la última jornada recibe en casa al Lazio), Rafa Benítez congrega todos los focos por su futuro inmediato en el Real Madrid. Criado y formado en la antigua Ciudad Deportiva blanca, el nombre del exvalencianista siempre ha estado en las quinielas cada vez que se avecinaba un cambio de rumbo en el banquillo. Ahora es su momento. A partir de la próxima semana comenzarán ‘oficialmente’ las negociaciones. Hace diez días hubo un primer contacto con su representante (Manuel García Quilón) para conocer su disponibilidad. Según se apunta desde Italia, Benítez ha dado marcha atrás a un precontrato con el West Ham, que pensaba en él para sustituir a Sam Allardyce. La Premier siempre le ha cautivado, pero ha ganado el hecho de regresar al lugar donde comenzó a dar sus primeros pasos como ayudante de Vicente del Bosque.

Es el hombre de máxima confianza de José Ángel Sánchez, director general de la entidad de Chamartín, con quien mantiene una estrecha relación. Desde hace mucho tiempo era un secreto a voces que el míster madrileño no seguiría en el banquillo del Nápoles. "De mi futuro hablaremos en abril", afirmaba. Ya no hay margen a las conjeturas. Su llegada al Bernabéu está virtualmente cerrada y solamente falta poner el día a su anuncio. Atrás han quedado los ‘cantos de sirena’ del Manchester City para suplir a Pellegrini, una posible vuelta al Liverpool o los petrodólares del PSG. Con una hoja de servicios brillante desde que cerrara su etapa de formación en la factoría madridista, cuenta las horas para cumplir una de sus cuentas pendientes. Le faltaría retornar a Anfield y dirigir a la selección española.

Desde la Casa Blanca, la argumentación es que Benítez encaja por su visión moderna del fútbol. Sus estrategias para conseguir resultados le convierten en un entrenador práctico y eficaz. Sus equipos son competitivos y suelen conseguir éxitos. Por su exigencia e intensidad se asemeja a José Mourinho, aunque cualquier método tiene un sinfín de aristas en la capital. A Ancelotti le ha pasado factura, entre otros pecados, su ‘mano blanda’. Ni Klopp, que a partir de un tuit falso estaba atado por tres temporadas a razón de ocho millones de euros cada una, ni Joaquin Löw, el sueño imposible de Florentino Pérez, ya que tiene la Eurocopa a la vuelta de la esquina y ha subido su caché después de conquistar el Mundial con Alemania, asumirán el testigo del proyecto 2015/2016.

Todos están al lado de Ancelotti, menos los que tienen la última palabra. Las formas vuelven a traicionar al factótum. El martes, a la conclusión de un acto publicitario de una aplicación oficial de móvil, el técnico italiano se acercó a José Ángel Sánchez para preguntarle sobre su futuro y no recibió respuesta alguna. Silencio administrativo. Nadie se pronuncia. El distanciamiento es evidente desde hace unas cuentas semanas. La puntilla fue el gol de Morata. La historia dice que un técnico que no ha ganado uno de los grandes títulos ha sido devorado por la trituradora de entrenadores en la que se ha convertido el Real Madrid. Ni ser el patrón de la décima, ni el responsable de los 22 encuentros seguidos con victoria, ni el Mundial de clubes, ni tampoco el efecto devastador de las lesiones en el momento clave de la temporada. Al final queda el no haber llegado a la final de la Champions y que la Liga la ha ganado el Barcelona, con la opción real al ‘triplete’.

Con la conciencia tranquila de haber hecho todo lo que tenía en sus manos, Ancelotti afronta el choque frente al Getafe (no se sentará en el banquillo ya que está sancionado). Su mayor preocupación es que alguna voz autorizada le exponga la realidad, sin tener que conocerla por los medios, para poder despedirse como toca, antes de irse de vacaciones a Canadá y reposar después de una campaña compleja y antagónica, con un excelente 2014 y un horroroso 2015. Sin haber terminado la temporada, ‘Carletto’, que ya es pasado, tiene claro que el fútbol por Concha Espina es un negocio y cuando se paga muchísimo dinero por un futbolista hay que alinearle hasta que consiga demostrar su valía o se hunda junto a los resultados. La oficialidad de su destitución (le queda un año más de contrato y el Madrid no se lo quiere pagar íntegramente) es un trámite, un formalismo.

Le ficharán un preparador físico

Entre las razones de su adiós, a Carlo Ancelotti le ha pesado más de la cuenta el hundimiento físico de su plantilla. Una decadencia hasta la última jornada, ya que Sergio Ramos y Benzema no estarán ante el Getafe por lesión. El ‘señalado’ es el italiano por su sistema de rotaciones, ya que esta temporada, el Real Madrid se ha basado en 13 jugadores con una notable diferencia con respecto al resto de suplentes. De hecho, se había barajado incluso la opción de mantener al míster italiano forzándole a cambiar a su preparador físico. Antes de la elección de Benítez como relevo de ‘Carleto’, la cúpula blanca había decidido que uno de los primeros fichajes del proyecto 15/16 debía ser un responsable de la parcela física de primer nivel.