Francesc Pedrós Raimundo, colegiado que el pasado 26 de noviembre arbitró el Fonteta-Marítimo Cabanyal perteneciente a la jornada 11 del grupo VII de Segunda Regional, hizo constar en el acta que tras recibir amenazas reiteradas de los aficionados locales requirió la presencia policial para reanudar el partido tras el descanso: «(...) Un grupo de unos 30 aficionados del equipo local, identificados por sus gritos de ánimo hacia dicho equipo, me increpan desde fuera del terreno de juego con insultos y amenazas tales como: ´Hijo de puta, me cago en tu puta madre, me cago en tus muertos, eres un burro, subnormal, eres un cagado, te vas a cagar, te vas a enterar, te vamos a crujir€´ (€) Un minuto después, un grupo de unos cinco aficionados locales, identificados por sus gritos de ánimo anteriormente, en el túnel de vestuarios, se dirige a mí en gritos y con tono amenazante en los siguientes términos: ´Eres un cagado, eres muy malo, más pitar lo que toca y menos llamar a la policía, hijo de puta´. Por estos motivos decido llamar a las Fuerzas de Orden Público y esperar hasta que acudan a las instalaciones antes de reanudar el juego tras el descanso, motivo por el cual, el descanso se prolonga 18 minutos más de los 15 reglamentarios.Tras los hechos comentados, cuatro patrullas del cuerpo de la Policía Nacional, se personan en las instalaciones y acceden a permanecer en ellas para garantizar mi integridad física hasta el fin del encuentro. Debido a esto, accedo a reanudar el juego y el encuentro termina con normalidad». Por suerte el partido acabó con total normalidad sin que existiese ningún tipo de agresión física, algo que por desgracia si se ha tenido que lamentar recientemente en algún otro encuentro disputado en la geografía española.

Fuentes del club local confirmaron a SUPER que los hechos acarrearon una sanción de una cuantía de 37 euros por «incidentes leves de público», pero a la vez argumentan que los acontecimientos descritos en el acta por el árbitro están «magnificados». Matizan que fueron tres las dotaciones policiales que acudieron, admiten que hubo insultos y asumen la sanción. De hecho, desde el club explican que se trabaja a diario en la entidad para intentar minimizar el clima de tensión que las personas que acceden al recinto puedan crear e instan a los asistentes a que así sea, pero al mismo tiempo explican que desde el club se ha solicitado hasta el informe policial y que según se les ha transmitido «no lo hay porque no hubo nada reseñable».