Óscar Fernández llegó a Almería como primer entrenador a mediados de junio junto a Miguel Grau como segundo y, tan solo mes y medio después, la nueva situación del conjunto andaluz ha hecho que se quede sin equipo. Ambos técnicos valencianos presumiblemente cobrarán el finiquito que les corresponde, pero se quedan sin trabajo. El comprador y por tanto nuevo propietario del cuadro indálico es el jeque saudí Turki Al-Sheikh y llega con un listado de nombres asociados a él que han decidido prescindir de los técnicos valencianos. Se trata de Mohamed El Assy como Director General, Dario Drudi como director general deportivo y junto a ellos el técnico Pedro Emanuel. Al medio día de este sábado se han reunido en el Hotel Golf Almerimar el nuevo propietario con la plantilla, el aún cuerpo técnico y la dirección deportiva, y el jeque les ha dicho a Óscar y Miguel que trae a su gente y que están destituidos. El nuevo entrenador estaba en otra habitación del mismo hotel ya mientras el tándem negociaba el finiquito en la terraza acompañado por su agente.

No le coge por sorpresa la situación a Óscar, quien vivió una meteórica proyección en el Valencia CF que le llevó incluso a dirigir dos partidos de forma interina al primer equipo en una de las etapas más convulsas que se recuerdan en el valencianismo —justo antes de la llegada de Koeman y la exclusión de Cañizares, Albelda y Angulo— y cuya carrera ha estado salpicada de episodios difíciles.

El primero de ellos lo vivió en Grecia, en el Asteras Trípolis, donde fue destituido tras tres jornadas de campeonato liguero en las que cosechó un punto. Óscar apostó por ir a Grecia renunciando al ambicioso proyecto inicial de Huracán, pero la cosa no salió bien en un club muy singular.

Su siguiente experiencia la vivió en el banquillo del histórico CF Gandia en Segunda B. Llegó en el mes de octubre tras sustituir a Medina y que nació viciado desde el momento en el que el Consistorio dejó de prestar apoyo económico a la entidad. Siete meses de impagos y un clima irrespirable ante el que Óscar aguantó estoicamente, pero que acabó con un descenso deportivo y administrativo.