El debut europeo llegó con una manita del Villarreal en un encuentro que dominó pero en el que recibió más sustos de la cuenta y que obliga al Submarino a sacar una reflexión y es la de no relajarse. A los de Emery se les vio disfrutar en ataque y sufrir cuando entraba en juego la relajación en defensa y eso, en competiciones del Viejo Continente, puede salir demasiado caro. Dentro de todas las buenas noticias, la mejor fue la de Kubo. El japonés, sin oportunidades hasta la fecha, con los minutos de la basura y algunos de ellos fuera de posición, mandó un mensaje a Emery pidiéndole paso. Se reivindicó jugando con mucha libertad combinando la zona de enganche con la derecha. Y ahí, el ‘16’ puede ser diferencial. También lo fue Paco Alcácer. El delantero fue suplente y salió con 3-3 en el marcador pero en un abrir y cerrar de ojos ya había hecho un doblete. Y con eso, el Villarreal cerraba los primeros tres puntos en un duelo que les permite empezar con buen pie esta andadura.

El Submarino saltó con rotaciones. Solo Albiol ,Chukwueze y Trigueros repetían con respecto al último once ante el Valencia en competición liguera. En el centro de la defensa Foyth saltó al terreno de juego para ir de menos a más. La gran oportunidad sin embargo era para Kubo. El japonés, protagonista y con los focos durante este arranque del curso por su poca participación, quería reivindicarse. Y lo hizo. Se le vio fino y con mucha movilidad. Rápido en distribución y con la intuición de los ‘killers’ cuando a los 13 minutos recogía un rechace tras un disparo de Chukwueze. Siete minutos después cambiaba de rol y en lugar de ser goleador se vistió de asistente para ceder a Bacca para que hiciera el 2-0.

El segundo tanto no le sentó nada bien al Villarreal. El cuadro amarillo entró en ese escenario de relajación y permitió al Sivasspor meterse en el partido. Kayode hizo el primero de los turcos alrededor de la media hora y poco después, para colmo, Bacca fallaba un penalti que él mismo había sufrido. Justo antes del descanso Yatabaré hacía el empate y generaba cierta frustración en el bando amarillo.

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A la salida de los vestuarios, el guión siguió siendo el mismo que en el tramo final de la primera parte. Problemas tras pérdida y dificultades para pasar por encima de la defensa turca. Sin embargo, en una acción a balón parado Foyth volvió a adelantar a los de Emery con un cabezazo tras un córner. A pesar de eso, el Submarino no aprendió la lección y en una fantástica ejecución de falta Max Gradel ponía de nuevo el empate en el marcador. Ahí, el duelo entró en un contexto extraño y el entrenador de Hondarribia decidió mover ficha para volver a hacer daño al Sivasspor. Y lo consiguió con la entrada de Pedraza y Alcácer.

El delantero estuvo apenas cinco minutos sobre el terreno de juego sin hacer gol. A la primera vio portería en una acción de ‘9’ puro tras aprovechar la asistencia de Chukwueze y quedarse con el rechace del portero del Sivasspor para hacer a portería vacía el 4-3. Cuatro minutos después firmaría su doblete con un pase medido, y bien ejecutado, de Foyth, para que el ‘17’ pusiera el 5-3 en el marcador del encuentro. Con dos goles de ventaja, el Villarreal ahí sí por fin logró tranquilizar el duelo y llegar a ese pitido final pensando también en descansar las piernas.

La cara positiva fue sin duda esa capacidad goleadora de un equipo que incluso con 8 cambios con respecto al último partido tuvo pegada y fue superior al rival. Eso sí, a nivel defensivo, el cuadro de Emery debe empezar a cerrar mejor cuando tiene el marcador de cara.