Si a alguien le extrañó por qué el partido de la Supercopa de España pasó de ser una simple final a un torneo de cuatro y en lugar de celebrarse en España se trasladó Arabia Saudí, a 5.000 kilómetros, la respuesta es una cifra: 65 millones de euros. Y dos los protagonistas y principales beneficiados: Gerard Piqué, jugador del Barcelona y empresario; y Luis Rubiales, presidente de la Federación de Fútbol. Las explicaciones que Rubiales ofreció en su día no fueron demasiado convincentes. "Sirve para favorecer el papel femenino en el fútbol", dijo. En las conversaciones desveladas por El Confidencial entre Piqué y Rubiales, no parece que el papel de la mujer fuera lo que más les preocupaba. El acuerdo, según El Confidencial, consistía en seis años de Supercopa en Arabia Saudí. A cambio, 40 millones de euros libres de impuestos para la Federación, que apareja una prima por beneficios para Rubiales y 24 millones de euros de comisión para un Piqué con un complicado equilibrio en su papel de comisionista y, a su vez, de participante en el torneo.