Ha costado mucho, incluso demasiado, y a veces sudor y lágrimas. Por eso los que nunca nos creímos el discurso apocalíptico de algunos estamos de enhorabuena, porque el equipo está bien, los resultados acompañan y el club sigue en buenas manos. Siempre he visto la botella medio llena, pero he respetado a los que la vieron casi vacía, por eso el ilusionante arranque del Valencia en Liga y ´Champions´ merece una amplia sonrisa. Llegarán momentos amargos con una pájara inoportuna en el estadio menos esperado; habrá críticas puntuales al entrenador porque esto es fútbol; a algún jugador por su falta de concentración; incluso desaprobaremos alguna decisión presidencial. Sin embargo, los que pasamos del pesimismo crónico, debemos ser los más responsables. Esto es muy largo y sólo acaba de empezar, aunque es un regocijo saber que aquellos que dieron por muerto al Valencia están todavía peor. Me refiero a los de la meseta interior, tan proclives a desestabilizar a los nuestros, así que ha llegado el momento de disfrutar de la etapa de bonanza y soñar con perpetuarla.

Tino Costa

Hay que sacar pecho por el potente festival exhibido en Turquía, pero hoy ya toca pensar en la visita a Alicante. No hay mejor forma de firmar una temporada sobresaliente que ir partido a partido, así que se debe preparar el duelo ante el Hércules como si fuera una final. Muchos valencianistas tienen previsto acudir al Rico Pérez, un campo menos hostil de lo que parece, para arropar al equipo. Un ejemplo más de que el Valencia actual moviliza y lo hace porque se ha visto que la fuerza del grupo suma más que el relámpago de una estrella fugaz. Miren, Tino Costa era un desconocido para todos, no obstante me fié de la palabra de Braulio Vázquez, ese obrero del fútbol que lo siguió todo el curso pasado.

Emoción

Ahora les contaré una confidencia. Tino Costa nos cameló cuando le hicimos la entrevista de los lectores de SUPER, pero cuando tras el partido Pascual Calabuig contactó con su humilde familia en Argentina, aparte de la lección de periodismo de mi compañero, entendimos que el Valencia es más grande de lo que creemos.