El Valencia CF ha tenido en el último año dos ofertas por Rodrigo Moreno y las dos las rechazó. La primera fue en el mes de enero y venía de China, daban más de 30 millones por el traspaso y al jugador casi le doblaban lo que cobra aquí. En aquel momento creo acertar si afirmo que el Valencia CF lo habría vendido, pero el futbolista no quiso marcharse allí. El fútbol es una cosa de locos y justo el día que el padre de Rodrigo transmitió que no aceptaban marcharse al fútbol chino el delantero se lesionaba en la ciudad deportiva de gravedad, una fractura en el tobillo que le tuvo al margen del equipo durante más de tres meses. La segunda oferta fue el pasado verano y del Manchester City aunque, como Guardiola no las tenía todas, ofrecía un fijo discreto y hasta 35 millones si el futbolista jugaba muchos partidos.

Mateu Alemany había anunciado al abrirse el mercado que el Valencia CF iba a escuchar ofertas por todos, lógico por su necesidad de liquidez para fichar y porque en realidad muy pocos jugadores habían tenido estos años un rendimiento para ser considerados intrasnsferibles. Puede sorprender que el club no moviera ficha para vender a Rodrigo, pero la realidad es que el Valencia CF ha podido vender no solo al delantero sino también a otros jugadores este verano y no lo ha hecho. Se acabó quedando con Garay cuando tuvo una propuesta del Spartak de alrededor de 18 millones y alguno más por objetivos. Y no vendió a Joao Cancelo cuando tuvo oportunidad de hacerlo si hubiera querido hacer caja, en lugar de cederlo y ver qué pasa en un año.

Como reflejaba el propio Alemany días atrás, el club ha sumido un riesgo importante al no vender a esos futbolistas porque tiene un complicado panorama financiero a final de esta temporada, un riesgo cuyo único objetivo estener un equipo para competir y volver a la Liga de Campeones. La única solución.

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