Hace unos días tuve oportunidad de estar un buen rato con Marcelino y, con la que está cayendo, he de decir que donde esperaba encontrar muchas fisuras y dudas para mi sorpresa encontré un entrenador del Valencia CF otra cosa es cómo. Han pasado muchas cosas en las últimas semanas, en el tránsito por partidos como el Sevilla y cuando parecía que la cuerda se podía romper, porque los números son para eso y más, prácticamente desahuciado en LaLiga (a 12 puntos del Sevilla) y fuera de la Champions.

Antes de jugarse este partido hasta el Huesca, colista de LaLiga con solo 8 puntos y que no gana desde el 19 de agosto, ha marcado un gol más que el Valencia CF. Hay pocas maneras de explicar esto sin plantearse la existencia o no de fenómenos paranormales, pero las cifras son las que son y el equipo de Marcelino es después de cuatro meses de competición el último de LaLiga en producción de goles. Con Rodrigo Moreno, Santi Mina, Michy Batshuayi y Kevin Gameiro, seguramente la delantera más cara de la liga española después de Barcelona, Real Madrid y Atlético.

Lo que tampoco es normal a estas alturas es la normalidad -valga la redundancia- con la que el club, y especialmente su entrenador, asumen el fracaso de los refuerzos que se buscaron en verano para la delantera, porque las consecuencias han sido dramáticas para el equipo. Entonces, dentro de determinados parámetros económicos, tenían bastantes más opciones para elegir, por lo que haberse equivocado con los dos, Gameiro y Batshuayi, es cuanto menos para hacérselo mirar. Ellos sabrán cómo se lo han explicado a Peter Lim, aunque lo interesante llegados a este punto ya no es explicar lo inexplicable sino qué van a hacer para solucionarlo sin que ello suponga un sobrecoste más en una temporada que acabará con pérdidas importantes. La salida de Murillo nos da la primera pista, a partir de ahí veremos cuánto saco y cuánto tengo. Aunque por encima del dinero, es momento de mucho análisis, de criterio, de consenso...El Valencia CF busca delanteros y no se puede volver a equivocar.

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