Me habría gustado que Mateu continuara en el Valencia CF, un deseo imposible si se analiza fríamente. Ya antes del 11 de septiembre, día en que cayeron las Torres Gemelas y en el que fue destituido Marcelino La cosa no iba con él porque, a diferencia del entrenador, Mateu Alemany no se había dedicado a lanzar dardos envenenados en público contra el propietario. Pero un profesional no tiene por qué pasar por el aro en determinadas cosas, sobre todo si considera que no tiene necesidad de ello y un prestigio que cuidar, así que él ya había tomado su decisión antes incluso de que todo se agravara con la salida del entrenador por el que él mismo había apostado y con el que se había alineado en muchas de las polémicas del verano.

Lo mismo que el propietario se había cargado de razones para prescindir de Marcelino, que además de criticarlo en público lo ridiculizaba en privado, el hecho de que Lim pensara que podía retener a Mateu define su manera de pensar y actuar. Quizá en Singapur las cosas se vean de otra manera, no lo sé, pero todo en la vida se puede comprar y manejar al antojo, sobre todo si de lo que hablamos es de personas. El nombre y el perfil del sustituto de Mateu dará muchas claves.

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