Había en Arabia Saudí tantos lugares comunes hacia los que apuntar para enmascarar el pobre partido que hasta les llegamos a perdonar que salieran a jugar sin ganas frente al Real Madrid, cuando estamos hablando de algo imperdonable. La actitud, en la victoria y en la derrota, nunca puede ser una opción, siempre es una obligación, pero al fin y al cabo este equipo tiene un crédito ganado merecidamente por todo lo que ha hecho en los últimos meses, en LaLiga y en la Champions, y porque al menos hasta ahora estos jugadores nunca han sido sospechosos de regatear esfuerzos.

Un crédito que no puede tirar así, de mala manera, el día que no menos de 300 aficionados desafiaban el frío y la lluvia para verlos luchar, para verlos ganar, el día que se jugaban dar el salto y colocarse a un solo punto de Atlético y Sevilla, el día que tocaba rozar por fin posiciones de AtléticoSevillaLiga de Campeones. Y no los vieron luchar, ni competir, asistieron a un simulacro de partido de un equipo que no era el suyo, que salió derrotado desde el minuto uno y nunca dio sensación de reaccionar, de querer nada más. Como en Arabia, el Valencia CF tampoco estuvo allí, en Mallorca, y esta vez sin coartada.

Atalanta

Celades, además de describir el problema, se las tendrá que ingeniar para recuperar el hambre de sus jugadores. Porque el descalabro de Mallorca y todas las reacciones posteriores al mismo evidencian que no fue un accidente lo de la Supercopa. Viene un mes clave y su equipo se viene abajo. No se puede vivir todo el año de la victoria en Stamford Bridge y en el Amsterdam Arena. Para el partido de San Siro queda todavía un mes y no se puede tirar media temporada por la borda esperando el duelo con el Atalanta.

Logroñés

El discurso de los capitanes no podía ser otro. Reconocer la ruina de partido y pedir perdón, especialmente a toda esa gente que viajó cuando lo más cómodo era quedarse en casa, que se mojaron y pasaron frío en la grada, es lo menos que podían hacer para compensarles, pero las palabras sirven de poco si no van acompañadas con hechos. Después de esto, no sé cuántos aficionados habrá con ganas de irse hasta Logroño, pero es el equipo el que ha de comparecer. Allí el Valencia CF se juega bastante más que la Copa de la que es vigente campeón.