Exagera Celades cuando dice que su equipo hizo un gran partido y lo hizo todo para ganar, porque también se podría decir que hizo algunas cosas para no ganar, que lamentablemente acabaron pesando más. En un partido en que, agradable sorpresa, el equipo concedió poco, mucho menos que en citas recientes, ofrecerle dos goles en Mestalla a un equipo que hasta ayer promediaba uno solo por partido es ponerle de entrada las cosas demasiado fáciles para llevarse al menos un punto, y coincidiremos en que el Valencia CF no está ahora mismo para dar facilidades a nadie.

Dentro de lo malo que es el resultado, porque después de Getafe este partido había que ganarlo sí o sí, o porque sigue siendo un drama salir de cualquier tipo de presión por parte de cualquier rival, hay algunos buenos detalles a los que agarrarse. Pese a recibir dos golpes, el equipo no bajó nunca los brazos y pudo ganar hasta el final. La exhibición de Ferran solo lleva a lamentar que Gameiro y Maxi no acertaran con esos dos remates, en caso contrario el Valencia habría ganado el partido seguro. Por primera vez en mucho tiempo y especialmente en la segunda parte volvimos a ver al Kondogbia.

Y después está Mangala, que aparece así de repente por decisión del entrenador no se sabe si para pedir con más fuerza que le fichen un central o para que no digamos después de San Siro que no estábamos avisados. Y resulta que el francés no fue ningún bulto sospechoso.