Para Ferran Torres todo ha ido muy deprisa y, aunque solo tiene 20 años, siempre ha sido dueño de su destino. Cuando el Valencia CF le vio por primera vez las orejas al lobo, o sea, el día que Real Madrid y Barcelona estaban en disposición de pagar su cláusula, que era de solo ocho millones, lo renovó y logró subirla hasta 25 antes de que se marchara a disputar el Mundial sub-17 de la India. Ya entonces el jugador empezó a marcar el terreno, amplió solo con la condición de tener ficha del primer equipo. Tenía solo 17 años y no había jugado un solo minuto en Primera División. El Valencia aceptó en una apuesta sin precedentes en la Academia.

Meses después, abril de 2018, aquella renovación de urgencia se trasformó en un nuevo contrato con el que el club blindó a la joya de su cantera, el jugador firmó la nueva cláusula de 100 millones de euros y la mejora de contrato, pero solo amplió un año más su vinculación, hasta el 30 de junio de 2021. Todas estas maniobras fueron supervisadas por Mateu Alemany, y con ellas alejó el fantasma de un posible 'clausulazo' con un futbolista que estaba ya en las agendas de grandes clubes de Europa como una de las futuras estrellas de la cotizada Generación 2000.

Todo se torció el pasado y convulso verano cuando Ferran, estrella de la selección española que conquistaba el Europeo Sub-19, se encontró al regreso un panorama inesperado. Marcelino proponía que saliera cedido para que tuviera los minutos que aquí no le podía garantizar porque su deseo era firmar a Denis Suárez. El jugador no aceptaba salir cedido, Mateu ahí se dejó llevar por Marcelino y tuvo que intervenir el propio Peter Lim para frenar aquello, lo mismo que con Kang In Lee. La historia acabó como acabó. Ferran, a partir de ahí, ya no escuchó las propuestas para renovar, ni siquiera ha habido una negociación que se pueda considerar tal, y ahora se acaba marchando al Manchester City por una cantidad muy inferior a su valor.

Como seguramente estará mal visto decir que los aciertos de Mateu y Marcelino son también aciertos de Meriton, le daremos la vuelta, los errores de Mateu y Marcelino, que también los hubo aunque pesan más los aciertos y ahí están los resultados de esos dos años, también son errores de Meriton. El Valencia, que habla de proyecto basado en la cantera, a la hora de la verdad no sabe qué es eso ni es capaz de evitar que el mejor producto de su Academia se quiera marchar. Porque Ferran, y todos sus movimientos desde hace mucho tiempo han ido en esa dirección, se ha querido ir, por dinero, porque no cree en el proyecto de Meriton o por lo que le dé la gana.