La incapacidad del Valencia CF para fichar esos dos jugadores que como poco necesita el entrenador ha generado ya mucho mal rollo entre los aficionados y con el propio Javi Gracia, pero ahora también empieza a costar puntos. Como los tres que el equipo se dejó en Balaídos ante un equipo al que se le pudo meter mano con muy poquito más, puntos que ya no vuelven.

Si Murthy, Lim y compañía deciden apurar el mercado hasta el 5 de octubre serán más los daños colaterales, después, dentro de unos meses, llegarán los lamentos. Las necesidades, como ya se vio en el estreno a pesar de la victoria y también frente al Celta, están clarísimas y son urgentes.

Encima, como a perro flaco todo son pulgas, en una semana se caen dos jugadores como Soler y Racic, ambos en la zona del campo que más está sufriendo las limitaciones y más refuerzo necesita. Y el colofón lo pone Gil Manzano, que se desentiende de todo en el área que ataca el Valencia y decide no sancionar acciones que podían haber cambiado el marcador final. La única vez que favorece en algo al Valencia, igual hasta acertó su asistente anulando el primer gol de Aspas. En los penaltis todos se escondieron, pero las imágenes están ahí.