La declaración del Estado de Alarma no puede ser más oportuna también para el Valencia CF, la evolución de su particular pandemia es preocupante y de la curva ni hablamos, porque la que lleva conduce directamente al desastre. Ocurre que se dan además situaciones que escapan a cualquier análisis futbolístico clásico, hasta tal punto son rompedores estos genios de Singapur. Tiene un entrenador al que no han dejado marcharse por su propio pie y que, por ello, parece estar ratificado de manera permanente aunque pierda partidos. Vamos, que ahí dentro todos están deseando que gane y el equipo funcione entre otras cosas para no tener que comerse el sapo de finiquitarlo. Mucho sapo es ese. También porque están convencidos de que el equipo, con todos sus defectos y carencias fruto de la política de no fichajes de Lim, da para algo más de lo que hasta ahora hemos visto, y en eso creo que coincidimos muchos.

Tiene además a uno de sus capitanes pidiendo irse, o mejor, pidiendo que lo regalen, muy cerca de cruzar la línea roja de lo que entendemos por rebeldía, a ver si el toque de queda le hace reflexionar y deja de hacer el ridículo, por el equipo y por él, del que teníamos un buen concepto como profesional. Y tiene un equipo que sale a disputar un partido sin intensidad y su técnico asegura que no sabe por qué.

Guerras

Cuestionar un planteamiento de Javi Gracia cuando su equipo hace un partido nefasto y no es capaz de ganarle en Mestalla al Huesca o cuando no da la talla que se le puede exigir en Elche no es defender a Meriton, hasta ahí podíamos llegar. Censurar la actitud de Kondogbia porque lo que está haciendo está muy mal, repito, uno de los capitanes del Valencia CF, no es lo mismo que estar de acuerdo con lo que Anil Murthy y KondogbiaAnil MurthyPeter Lim y lo mucho o poco que les puedan haber engañado.

No va a ser nada fácil, porque todo esto está ocurriendo con el trasfondo de una guerra (pacífica) contra el máximo accionista en la que la victoria es conseguir que se marche, y en las guerras (valencianistas o no) ya se sabe que siempre tiene que haber al menos dos bandos. Lo que pasa es que, mientras no empecemos a separar ambas cosas, el equipo y las acciones, va a ser muy difícil avanzar. Y no hace falta decir que avanzar es absolutamente necesario, cuando el equipo está muy abajo y, lo peor, ahora mismo lo que genera es una desconfianza absoluta.