La visita del Real Madrid es la peor noticia y también la mejor. La peor porque, a poco que haya dudas y errores, Benzema o Asensio rápido y el Valencia se quedará con sus ocho puntos, muy abajo en la clasificación y con toda la presión para empezar a remontar. Y la mejor porque un buen partido y un buen resultado frente a un rival como este es precisamente lo que necesita el equipo para ganar la confianza que ahora no tiene. Que se van a dejar la piel ya lo dice Carlos Soler y de eso no hay duda, sabiendo que no es suficiente porque además de correr hay que correr bien, defender muy bien y atacar todavía mejor.

No contemplan las casas de apuestas la victoria del Valencia CF ante el Real Madrid, aunque ya se sabe que en este mundillo de las apuestas el que más gana es el que apuesta por el supuesto perdedor. Yo, y que me perdone el ministro Garzón si cometo alguna ilegalidad o estoy faltando a la ética, invito a apostar por el Valencia y no por el Madrid. Si sale la jugada, será ganar y más ganar.

Uno quiere creer que el entrenador del Valencia CF habla en serio cuando dice eso de que por fin sabemos que somos los que somos y que valora esa estabilidad, aunque solo sea hasta enero, porque está convencido de que es lo que más necesita ahora el equipo. Retrata en pocas palabras la situación absolutamente insólita a la que ha llevado al club el virus Lim, la de no tener a toda la plantilla centrada en lo importante hasta el mes de noviembre, cuando se produce la última salida de una lista casi interminable.

No es la excusa para justificarlo todo, no el pobre partido del Huesca o la primera parte de Elche, por ejemplo, pero en todo este tiempo han ocurrido cosas que van más allá de lo razonable y que no pueden darse en un club con la historia y la exigencia del Valencia CF. Ningún club de prestigio se saca seis o siete titulares para no traer a nadie, es complicado encontrar en cualquier otro proyecto de cierto nivel algo parecido a lo que ha ocurrido aquí con Javi Gracia.

Esto no es un juguete ni un laboratorio y eso lo debía tener claro Peter Lim desde el momento en que se metió en este lío, pero nada parece serio desde que Mateu Alemany. De eso se cumple hoy un año que no ha podido ser más catastrófico para este club. La sombra del que fue director general es alargada, muy alargada. No sé si Gracia sería el entrenador con Mateu, supongo que no, pero tanto al equipo como al club como al propio Lim le irían las cosas mucho mejor. ¿Volver?