El Levante se deja de sustos (1-0)

El conjunto de Javi Calleja asalta la cuarta plaza tras vencer, a base de trabajo y sufrimiento, al Sporting por la mínima

De Frutos, en una puja en el duelo frente al Sporting

De Frutos, en una puja en el duelo frente al Sporting / JM López

Rafa Esteve

Rafa Esteve

La noche más terrorífica del año, en vez de poner el miedo en el cuerpo de los granotas, devolvió la esperanza en Orriols, definitivamente, de conseguir el ascenso. Ni truco, ni trato. Sin medias tintas y sin despertar fantasmas del pasado, aunque por momentos, el sufrimiento fue superior a lo deseado. Los pupilos de Javi Calleja, después de batir los múltiples obstáculos a los que tuvieron que hacer frente ante el Sporting, cogen velocidad en el momento más oportuno para volver a adquirir terreno en la categoría de plata. Nunca es tarde para reaccionar, pero el Levante llega a tiempo no solo para engancharse al tren de la Primera División, sino también para que el Ciutat de València compruebe que su equipo vuelve a derrochar favoritismo para subir a la élite del fútbol español. Por lograr su cuarta victoria consecutiva, racha inexistente hasta la fecha en la 22/23, y por colocarse cuarto en la clasificación, a cuatro unidades del ascenso directo. Un gol de De Frutos, con una diana de autor, le dio tres puntos a su equipo para volver a creer. Para volver a soñar con estar entre los mejores.

Más allá de las modificaciones obligatorias, la novedad en el once inicial fue la presencia de un José Campaña que, casi dos meses después de su última vez, volvió a vestirse de corto. De hecho, de sus botas surgió el primer acercamiento del Levante, al filtrar un pase preciso para Jorge De Frutos que, pese a estar solo frente a la meta del exlevantinista Mariño, cruzó el esférico en exceso. La carta de presentación de los granotas invitó a prever un encuentro con dominio por parte del bando local, pero el Sporting se negó a ser tuteado en Orriols. Un disparo desde media distancia de Álex Muñoz, al borde del ecuador de la primera mitad, supuso el comienzo de las imprecisiones en tres cuartos, a la vez que los de Abelardo fueron creciendo. Sobre todo, gracias a la aportación de Juan Ferney, que fue un puñal por la derecha y que exigió, en los últimos coletazos del primer asalto, a Cárdenas con un lanzamiento pegado al palo corto.

Calleja movió el banquillo

Sin embargo, Javi Calleja quiso poner remedio a la falta de claridad moviendo piezas en forma de cambios. Brugué, sacrificado en Ibiza ante la expulsión de Pablo Martínez, reemplazó a un Campaña que, con 45 minutos disputados al salir de lesión, vuelve a carburar. La puesta en escena del catalán le dio electricidad a su equipo, pero el que levantó al público de sus asientos fue Pepelu. Quien no acostumbra a pisar área rival, pero que denota un crecimiento que va en fase ascendente. El '8', con una jugada zigzagueante, sentó a Gragera y se plantó ante Diego Mariño, pero el meta del Sporting le privó del que hubiera sido un gol de bella factura. Pese a ello, los pupilos del 'Pitu' Abelardo no alteraron su plan. Basado en contragolpear y en buscarle las cosquillas a su adversario. Sin apenas generar excesivo peligro, pero dejándose sentir sobre el verde.

No obstante, el Levante se sintió cómodo en el intercambio de golpes, aunque el Sporting diese la sensación de tener más picardía en los metros finales. Queipo, con un disparo desde la esquina del área, intimidó a Cárdenas. No obstante, el cuadro asturiano, que llegó físicamente en pinzas, no fue capaz de imposibilitar la diana de la victoria. Cuando reinaron las imprecisiones y en el momento en el que los fantasmas llegaron a sobrevolar el Ciutat de València. A falta de un cuarto de hora para el final del choque, Jorge De Frutos, tras deshacerse de Cote, chutó cuando todos pensaron que centraría. Incluso Mariño, que no predijo la picardía del '18' y vio cómo su disparo envenenado se coló por el primer palo. Desde entonces, el Levante se negó a jugar lo que restó de tiempo. Quiso conservar el botín de los tres puntos como si de oro se tratase. También en la acción más peligrosa del Sporting, en la que Juan Ferney se plantó solo ante Cárdenas y donde Iborra apareció al rescate para quitarle el cuero al colombiano. Fue, sin duda, una victoria labrada desde el sufrimiento, pero que refleja que este equipo, independientemente del contexto, nunca dejará de pelear.