El Levante reina en Alcorcón (0-2)

El equipo de Javi Calleja, aún con margen de mejora, vuelve a la tranquilidad y despeja dudas después de conseguir una victoria balsámica contra el Alcorcón. Oriol Rey y Roger Brugué fueron los goleadores

Oriol Rey celebra su gol frente al Alcorcón

Oriol Rey celebra su gol frente al Alcorcón / LUD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Las incógnitas alimentadas por derrotas se disipan ganando. El fútbol, en ese sentido, nunca engaña. Siempre le dará la razón al que venza, independientemente de la circunstancia y sin tener en cuenta el momento. El contexto del Levante no fue alarmante, pero la sonrojante derrota ante el Espanyol, donde las dudas florecieron por castigo, hizo que el escenario fuera peligroso. Por ello, conseguir un triunfo contra el Alcorcón fue el deber que el conjunto de Javi Calleja resolvió con nota. Los granotas asaltaron Santo Domingo (0-2), gracias a los goles de Oriol Rey y de Roger Brugué, y demostraron la personalidad del que, ante las adversidades y las situaciones comprometidas, no se arruga. Volvió a la senda de la victoria y regresó al camino de la felicidad, donde la ilusión de ascender a Primera tiene que ser el tratamiento a seguir este curso. No habrá mejor medicina para un equipo ansioso de revancha.

Si el Levante afrontó su compromiso en Alcorcón con la finalidad de olvidar su último tropiezo, los primeros coletazos de la cita no invitaron al optimismo. No fue hasta el ecuador de la primera parte cuando los granotas probaron los guantes de Jesús Ruiz, después de unos minutos donde el conjunto alfafero le apretó las tuercas a los de Javi Calleja en más de una ocasión. Bouldini desde lejos, y Lozano posteriormente, se encargaron de despertar a un combinado levantinista que encontró, casi sin esperarlo, pero afortunadamente, su vía para atacar las debilidades de su rival tras la expulsión de Javier Castro. Al cuarto de hora, el defensor vio la amarilla al agarrar en carrera a Dani Gómez, y transcurridos treinta minutos desde el inicio, el ‘2’ derribó a Álex Valle al llegar tarde a un balón dividido.

La doble amonestación cambió el guion de un partido donde el Levante elevó su poderío sobre el terreno de juego. No solo por verse en superioridad numérica, sino por presumir de mayor claridad. Su presencia en campo contrario aumentó, al igual que la cantidad de acercamientos. Bouldini, en estado de gracia al acumular cuatro dianas, avisó de las intenciones levantinistas tras estrellar en el larguero un testarazo procedente de Lozano. Sin embargo, fue la antesala del gol que abrió el luminoso de Santo Domingo. Nadie vestido de amarillo detectó la llegada de Oriol Rey a las cercanías del área para anotar una diana que alivió a un Levante que tenía ganas de revancha después de su batacazo contra el Espanyol. Un despeje tibio y defectuoso de Babín fue en dirección a la media luna del área, y el ‘20’, fuerte y con la izquierda, la colocó pegada al palo. Un lanzamiento imparable para Jesús Ruiz.

Los jugadores del Levante celebran un gol en Santo Domingo

Los jugadores del Levante celebran un gol en Santo Domingo / LUD

Obtenida la ventaja, la responsabilidad fue la de mantener un resultado de carácter valioso. Todo lo que no hubiera sido ganar habría abierto más interrogantes de los generados una semana después de su última y dolorosa derrota. No fueron tres puntos más. Fue el momento de despejar incógnitas y dar a entender que, pese a perder el cartel de máximo candidato para ascender a Primera División, va a estar en la pomada para subir a la élite hasta el último segundo. El Levante, después de su paso por los vestuarios, supo controlar la contienda, aunque el Alcorcón, más allá de su inferioridad, no quiso tirar la toalla. Andrés Fernández, quien estrenó titularidad como levantinista, reaccionó a un disparo de Chiki yendo abajo y sin complicaciones. El ‘13’ inició el partido un tanto nervioso, pero poco le costó mostrar confianza en cada una de sus decisiones y asentar su experiencia bajo palos.

Control de los tiempos

Según transcurrieron los minutos, el Alcorcón bajó sus revoluciones, de la misma manera que se fue apagando ante su falta de peligrosidad. El Levante, no obstante, dio la sensación de controlar el marcador. Intentando buscar el equilibrio y sin descuidar a un combinado local que intentó morder siempre que los de Javi Calleja movían el balón en su campo. Pese a ello, la tranquilidad granota aterrizó definitivamente a diez minutos del final del partido. Sergio Lozano colocó una falta al punto de penalti y Brugué, de cabeza, la puso en el fondo de la red. Su celebración fue un reflejo no solo de su liberación, sino también de la de un Levante que, aunque todavía tenga margen de mejora, se sintió aliviado mediante tres puntos con los que despeja dudas.