Todo el Ciutat hizo fuerza para que el balón entrara. Y al final, aunque con apuros, la fiesta fue completa. Victoria y, por fin, gol de Morales. El Comandante, en un balón de Natxo Insa al espacio, se reconcilió consigo mismo marcando de tiro cruzado su primera diana de la temporada. Una presión que lo lastraba y de la que tras varias visitas al banquillo se ha liberado. Parecía el gol de la tranquilidad, pero nada más lejos de la realidad: Delgado acortó distancias.Y es que, fiel a la costumbre, el Levante tuvo que sufrir y ponerse el mono de faena. Costó lo suyo tumbar al Nàstic, un colista que no se comportó como tal pero que se dobló ante la pegada del líder. Un equipo tremendamente certero con Roger y el ´Moro´ para materializar sus oportunidades.

Los goles los marcaron Roger y Morales, pero con permiso de Jason el mejor del partido fue Toño. Por encima de altibajos, el costado izquierdo funcionó como un reloj. En el primer acto, muy flojo, incluso fue un oasis con centros al área de todos los colores. En uno de esos Rubén pidió penalti cuando fue a rematar en boca de gol. El resto del peligro corrió a cargo de Roger aunque hasta el gol en la acción más clara que tuvo le sobró un toque para coger puerta.

Más allá de fogonazos, el Levante estuvo atascado y sin romper a jugar. Espinosa entró poco en contacto con el balón y entre Natxo Insa y Lerma tampoco supieron imponerse en un centro del campo donde hasta la amarilla el músculo que se impuso fue el del veterano Emana. El Nástic, bien plantado, se sobrepuso a la lesión de Gerard y con una buena disposición en el campo incordió lo suyo. Tampoco mucho, aunque sí lo suficiente para que con el paso de los minutos los de Muñiz empezasen a dar vueltas sin encontrar el sitio. Un gol anulado previamente por fuera de juego en los primeros compases fue su mejor aproximación a Raúl. No dio la impresión de ser el farolillo, más en la línea del equipo que hasta ayer no conocía la derrota con Merino que el que no veía la luz con Vicente Moreno.

Muñiz, que perdió sobre la bocina a Verza por gripe, dio la sorpresa convocando a Campaña. Lesionado en teoría para dos o tres semanas no sólo entró en la convocatoria sino que jugó los últimos minutos. El técnico, pese a todo, mantuvo el plan de darle la titularidad a Espinosa y dejar en el banquillo al Comandante, a la postre protagonista. Sin el balón, el talaverano careció de protagonismo. Tampoco lo tuvo Rubén, cambiado al descanso, para entrar en calor por la derecha.

Con Morales en el campo tras la reanudación, el Levante ganó en profundidad por su costado, aunque la primera ocasión volvió a ser de Emana. El 1-0, como no podía ser de otra forma, llegó por la izquierda. El que estaba siendo el mejor de los granotas, Toño, estuvo a punto de irse por lesión. Pero con Abraham preparado en la banda, el lateral decantó el partido sin que le hubiese desaparecido del todo la cojera. De un centro envenenado, esta vez a ras del suelo, al que no llegó Roger, se pasó a la asistencia del gol. Una jugada cómo no por la izquierda en combinación con Jason con la que el Levante se hizo con el control de un partido que por momentos se le resbalaba de las manos. Fue así, a base de pegada como el líder volvió a dar otro golpe, el enésimo, en su camino a Primera División.