Kempes 78’, Maradona 86’ y Messi 22’

Argentina siempre destacará por el lirismo y el relato. Nunca sus triunfos y sus derrotas serán narradas y vividas igual que las del resto,

Kempes, Maradona y Messi

Kempes, Maradona y Messi / SD

Pau Pardo

Pau Pardo

La ‘10’ de Argentina es posiblemente la camiseta más pesada del mundo. Solamente unos pocos elegidos la pueden llevar puesta sin quedar engullidos por la presión y salir campeones con ella. Mario Alberto Kempes lo hizo en 1978, Diego Armando Maradona en 1986 y ahora Leo Messi lo ha conseguido en 2022. Era el título que le faltaba al que es, para muchos, el mejor futbolista de todos los tiempos, pero la empresa era tan complicada que la ha completado casi en su última oportunidad, con 35 años de edad y cargándose el equipo a la espalda como ya hicieran sus predecesores.

El debate entre Messi y Maradona seguirá existiendo por la carga simbólica de ‘El Diego’ y el contexto socio-político en el que se alzó campeón. La última Copa del Mundo alimentará todavía más esta discusión, pero no convendría olvidar que hay un tercer hombre que logró la proeza. Kempes abrió en el 78 el camino que han recorrido dos de los más grandes futbolistas de la historia consiguiendo la primera copa dorada de su historia.

Argentina siempre destacará por el lirismo y el relato. Nunca sus triunfos y sus derrotas serán narradas y vividas igual que las del resto, existe un inevitable magnetismo entre el fútbol argentino y lo inusual, lo épico y lo trágico. Cada una de sus tres estrellas tiene una historia forjada en lo atípico. La geopolítica o la presión han acompañado a sus tres campeonatos. Desde el Videlismo que acompañó a la Copa del Mundo del 78 hasta la dictadura catarí en la que se ha celebrado el actual campeonato pasando por la revancha argentina por la Guerra de las Malvinas que le ofreció el Mundial del 86 a Maradona y los suyos.

Y es que Mario Kempes, estrella del Valencia CF en aquel momento, capitaneó a Argentina en otro Mundial envuelto por la polémica. Su país, gobernado por el dictador Jorge Rafael Videla, fue el encargado de albergarlo. Este hecho cargó y mucho la mochila de los jugadores argentinos, que recibieron una importante presión por parte de la dictadura, que veía en el torneo la oportunidad perfecta para legitimarse y esconder debajo de la alfombra todo el contexto de tortura y vulneración de los derechos humanos. El ‘10’ de Bell Ville se echó el equipo a la espalda todo el torneo y marcó dos de los goles en la final contra Países Bajos. En el 86 se celebró el México, pero el destino fue caprichoso y cruzó a Inglaterra en el camino argentino. Todavía con el alma herida por la barbarie británica en Malvinas, Maradona dibujó el gol más icónico de la historia marchándose de todos los defensores ingleses al ritmo de Víctor Hugo Morales. A la postre, esa albiceleste se coronaría campeona con una inmensa actuación de El Diego, que brindó a los suyos la Copa del Mundo más celebrada.