La inesperada aparición del COVID-19 ha venido acompañada de un radical cambio de las «reglas de juego» que imperaban a todos los niveles en el día a día de cualquier ciudadano. Un nuevo escenario al que todo se ha tenido que adaptar tanto desde el punto de vista personal como profesional.

El sector de la formación quizás haya sido, como otros tantos, uno de los más afectados. Y en lo que a movilidad y automoción se refiere, las auto escuelas se han visto obligadas a poner en marcha unos patrones de actuación marcados por la seguridad, en una labor en la que la presencialidad es inevitable.

Nuevos protocolos

El hecho de considerar la formación como una de las mejores inversiones adquiere especial relevancia a la hora de aprender a conducir. Un primer paso que va a definir la conducta y seguridad tanto del futuro conductor como del resto de los usuarios. Una seguridad que, tal y como asegura Félix Portalés, director de marketing de Auto Escuelas Jordá, se ha trasladado «de manera exhaustiva a todos los procesos de formación para adecuarse a las exigencias sanitarias surgidas a causa de la pandemia».

En este sentido, las obligatorias sesiones de prácticas, a las que muchos se enfrentan sin haberse puesto nunca ante un volante, se realizan bajo los pertinentes procesos de higienización del vehículo y de sus ocupantes, la obligatoriedad de la mascarilla tal y como refleja la ley, la realización de las mismas con un sólo alumno, y el protocolo de mantener grupos inamovibles de alumnos y profesores para acotar lo más posible el círculo de contactos.

Estas medidas también se han trasladado a los procesos de examinación con pruebas individuales y la eliminación de contacto físico incluso con la documentación requerida, para crear un espacio lo más seguro posible.

Imparable digitalización

Pero a lo que ha ayudado de manera considerable esta crisis sanitaria ha sido a la aceleración de la digitalización de todos los procesos que forman parte de la formación del alumno y los trámites necesarios. «Las herramientas digitales son el futuro de la formación y en el presente ya forman una parte imprescindible de nuestro día a día», comenta Portalés.

En el caso de Auto Escuelas Jordá, las clases vía streaming en dos horarios diarios, la creación de un portal del alumno desde donde gestionar todo el proceso de contratación, formación, reserva de prácticas, pagos e incluso evolución del alumno, o la utilización de tablets por parte de los profesores para el seguimiento individual de cada alumno, contribuyen a la creación de «una formación y atención más personalizada, detallada y flexible para todos».

Además, nuevas soluciones han entrado en escena como es el caso de los simuladores de conducción como los que cuenta Auto Escuelas Jordá, que permiten trasladar un trayecto al volante a un entorno de realidad virtual de la manera más fidedigna. Una irrupción la de la tecnología, que ha supuesto un paso adelante en seguridad y capacidad de aprendizaje.