Nos devuelve cuatro años después de El dictador al actor más transgresor del cine actual, un Sacha Baron Cohen que no tiene freno alguno para reivindicar su peculiar cine y convertirlo en una antología del mal gusto y de la grosería más salvaje. El autor, asimismo, de títulos como Borat, Bruno y Ali G anda suelto no se frena ante nadie y ante nada en su afán por llevar sus propuestas de humor a límites surrealistas impregnados de argumentos sexuales que llegan al delirio.

Es verdad que en su maremagnum de chistes y de situaciones tan burdas como grotescas hay algún aspecto divertido y un par de ingeniosas notas de humor, pero eso no basta para dar entidad a un producto que es un disparate totalmente pasado de rosca. En este sentido se lleva la palma la secuencia en la que él y su hermano contemplan desde el interior de la barriga de un elefante como éste se aparea con una hembra en un espectáculo alucinante.Dirigida por el francés Louis Leterrier

, que debutó con solo 26 años con Transporter, tras la que llegarían Transporter 2, Danny the Dog, El increíble Hulk, Furia de titanes y su gran éxito en taquilla Ahora me ves.. , hay que reconocer que nos regala dos virtudes a tener en cuenta, un metraje de apenas 80 minutos que hay que agradecer y una escena final en un estadio de fútbol que juega con los elementos de la espectacularidad y de las masas con algún dato nada despreciable.

Con claros rasgos de comedia desenfrenada, que tiene poco que ver con la parodia, la película se convierte en una especie de show interminable de un auténtico idiota, el inadaptado Nobby, que además de ser víctima de un paro crónico y de tener nueve hijos, sigue teniendo fe en encontrar a su hermano, que se fue de casa y desapareció hace 28 años en los que nada se ha sabido de él. Su intuición, sin embargo, acaba tomando cuerpo y Sebastián hace acto de presencia de nuevo.