Los días posteriores a la decepción que supuso perder la Copa de la Reina no han sido fáciles para nadie en el Ciudad Ros Casares, pero especialmente para Isabelle Yacoubou. Por una parte porque desde una semana antes al torneo del KO ya no pudo ayudar a sus compañeras, y por otro porque el problema de salud que la tuvo alejada de las pistas fue más complejo de lo que muchos creen. «Sé que la gente no es estúpida y saben que no tenía gripe, pero no puedo decir nada más. Sólo que ahora estoy mucho mejor y la medicación me va muy bien»», aseguró a SUPER la pívot francesa, que el pasado martes reapareció en Las Palmas con 5 puntos y 7 rebotes en 13 minutos.

«Mis compañeras me han ayudado mucho, todas estaban muy contentas por volver a verme jugar. Eso sí, yo también cuando no he jugado las he apoyado en todo lo que he podido, aunque fuera dejándome la voz», subrayó Yacoubou, cuyo carácter extrovertido todavía le ha hecho más difícil este tiempo alejada de la rutina del equipo. «Nunca en mi carrera había estado así, sin poder jugar absolutamente nada. Para mí es muy importante haber vuelto a jugar», indicó la interior gala, que todavía hoy se lamenta por no haber podido estar en Arganda del Rey en esa final ante el Perfumerías Avenida.

«Para mí ha sido muy difícil ver a mi equipo, sobre todo en la Copa de la Reina, y no poder hacer nada para ayudar. He sentido mucha impotencia, pero ahora debemos seguir trabajando y evitar que se repita otra vez algo así», matizó Yacoubou. Y es que la jugadora del Ciudad Ros Casares tiene mucha fe en las posibilidades del equipo en las dos competiciones que restan; la Liga, donde mañana ante el Sóller Bon Dia! pueden firmar una fase regular perfecta, y la Euroliga Femenina. «Tenemos muchísimas ganas. Hemos perdido un título pero todavía quedan dos y más importantes. Hay que continuar trabajando, concentrarnos y levantarnos tras el golpe de la Copa de la Reina. Es lo único que podemos hacer ahora», concluyó Yacoubou.