En realidad, la noticia de esta primera cumbre técnica es que en un club como el Valencia CF el presidente ejecutivo tenga que reunir al entrenador y al mánager general „15 días después de haber acabado la temporada„ para definir las prioridades. Vamos, que este club ha dado un salto tremendo con la llegada del inversor, pero todo es mejorable.

Los ejecutivos, sea quien sea el que mande, están para tomar decisiones y ejecutarlas cuanto antes, porque en este mundillo del fútbol todavía son muchos los clubes que tienen muchísimo más dinero que el Valencia de Peter Lim. Y el secreto consiste en llegar antes que los demás para no lamentar después que tan o cual jugador se acabó escapando.

Igual que el entrenador tiene poderes para convocar y alinear a los jugadores que quiera, alguien ha de haber en una estructura con iniciativa y margen de confianza por parte del propietario o del Consejo para decidir cuándo y cómo se va a fichar un jugador antes de que otros se lo quiten. Si el año pasado la cosa salió bien pese a planificar tarde y con todos los problemas que había, pues es una buena noticia, pero no sirve de ejemplo.

Al final, lo que acabaron generando alrededor de esta primera cumbre técnica son apuestas sobre si Jorge Mendes estaría o no en la misma para llevar la voz cantante, o si entrenador y director deportivo serían capaces de sentarse juntos a trabajar. Mientras, viene pasando inadvertido lo realmente importante, que es el objetivo, el mensaje, el proyecto de hacer un equipo para afrontar una temporada clave para su futuro. Por primera vez en mucho tiempo el Valencia proclama que no va a vender a sus mejores jugadores y eso es ya suficientemente importante, acostumbrado como estaba el aficionado a ver salir a los buenos para ir devaluando progresivamente el equipo.