Más que nunca, el Valencia tiene que asegurar el tiro. Venga de quien venga el nombre del entrenador, aunque lo sano para la entidad sería que el propietario respetara el criterio de su director deportivo, el fondo de la cuestión es que el club haya elegido una figura lo suficientemente fuerte y contrastada para liderar este proyecto, capaz de hacerlo resurgir de sus cenizas, que es donde estamos ahora después de acumular un error tras otro en los doce últimos meses. No sé si Julen Lopetegui es finalmente el elegido, pero está ahí y eso es tan incuestionable como que le faltan galones para una empresa de esta dimensión. No es un novato, dirigir durante año y medio al Oporto no es cualquier cosa, otra cuestión son los resultados y la impronta que dejó allí como entrenador. No es para tirar cohetes.

Esto es algo que como experimento situaría la apuesta de Lim mucho más cerca de la de Nuno que de Neville, aunque parece que bastante lejos de las expectativas que hay alrededor de ese nuevo impulso que se espera para este Valencia CF. Por eso la pregunta hoy es si el propietario será capaz de jugársela otra vez con un técnico que cuanto menos admite dudas y al que no es posible desligar del súper agente Mendes, después de que el club lleve meses intentando convencernos de lo contrario.

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