Había cierto temor por la escasez de elementos en ataque pero el problema ha servido precisamente para comprobar que primero y principal para ganar los partidos, sobre todo estos, es defender bien. Todo comenzó con un 2-4 ante Las Palmas en el mes de agosto, lo que quiere decir que hemos tardado seis meses en mentalizarnos. Para ganarle al Real Madrid no basta con hacer el partido perfecto y no cometer ni un solo error atrás, después tiene que aparecer una genialidad de Zaza con ese remate inesperado o la clarividencia de Nani para encontrar el hueco donde poner el balón del segundo gol. Y después, a sufrir. Pero en el ochenta por ciento de los partidos, un buen trabajo defensivo -empezando por Zaza y acabando por Cancelo- y marcar un gol tienen que ser suficientes para no perder. Y en casos como el del Leganés, que no le llegó a ver ni la cara a Diego Alves, para ganar.

Ahora llega el dilema, porque con tres o cuatro partidos apañaditos de aquí a final de temporada el equipo no pasará ya apuros para mantenerse y hay por tanto bastante riesgo de dejarse llevar, cuando solo por respeto a los aficionados y por verguenza este equipo está obligado a decir algo más. Y los de arriba, cuanto menos hablen, mejor, aunque hay cierto interés por escuchar a Alexanko responder a preguntas de verdad.

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