Mucho hemos hablado estos últimos meses de la fractura cada vez más grande que existe entre Meriton y el valencianismo. Cada domingo a lo largo de los últimos tres meses han pasado por las páginas de SUPER diferentes personas, más o menos reconocidas, para analizar el momento social que vive el Valencia CF, y prácticamente todas coindicieron en que esa ruptura tan evidente que se ha producido ya es a estas alturas imposible de reconducir. La decisión del máximo accionista de ampliar de 9 a 3.598 las acciones necesarias para tener voz y voto en una Junta de Accionistas no es más que la confirmación de esa sospecha, una situación que en el aspecto sentimental se hizo evidente desde el día del desalojo de las peñas en el local de Mestalla, y que ahora lo es también de manera oficial con este rodillo accionarial que impedirá a muchísimos aficionados expresarse en la cita anual como lo han hecho desde hace muchísimos años.

Meriton no puede evitar que el valencianismo se pronuncie en la calle ni en las redes sociales, ni por supuesto en SUPER, y me gustaría recalcar esto último porque es estrictamente así, pero sí que lo hagan en una Junta de Accionistas porque a este efecto les asiste la ley. Y nada más que la ley porque, por lo demás, la decisión no tiene más justificación ni menos sentido que volver a marcar diferencias y hasta con cierto ensañamiento, porque la cifra de 3.598 no es precisamente casual, es la más alta que ahora mismo le permite esa misma ley. El titular no puede ser otro. Propietario: Meriton.

La Junta del próximo 11 de diciembre, por tanto, será la última a la que se podrá asistir con 9 acciones para tener voz y voto, al menos mientras dure Meriton en el Valencia CF. Les importa poco porque su mayoría es la que es, pero una de las cosas que van a conseguir con esta medida es fomentar la delegación y la unión de muchos más accionistas de lo que imaginan en torno a aquellas plataformas que mejor se lo trabajen y más credibilidad ofrezcan. Hasta la próxima Junta hay un año para organizarse y eso es mucho tiempo.

Si ya iba a ser una asamblea calentita por tantas cosas como han ocurrido en los últimos doce meses, por las cuentas tan negativas que presentarán y la situación económica en que se encuentra la sociedad, por la parálisis en el proyecto del Nou Mestalla y la ATE, el primer Consejo de Administración sin valencianos ni valencianistas y la devaluación evidente del proyecto deportivo, este punto tiene toda la pinta de que aumentará todavía más los niveles de crispación. La última Junta de las 9 acciones puede ser histórica. Veremos cómo se maneja esta vez Anil Murthy.