Una de las cosas que más me llama la atención de la gestión de Meriton es lo poco que se valora el tiempo. Lo que se demora siempre todo: las reuniones, la toma de decisiones, los fichajes... En un fútbol que va a velocidad de vértigo, la feudal estructura del Valencia le hace anticompetitivo en el mercado. Ya pasó en invierno, cuando a pesar de estar claras las necesidades del equipo se fichó tarde y lento esperando el ‘OK’ de Peter Lim, que además prometió al entrenador una reunión que jamás se produjo y está volviendo a suceder con la planificación deportiva de la próxima temporada. A pesar de que ya hace semanas que se sabe qué competiciones jugará el club en la 22-23, el encuentro Bordalás-Meriton sigue sin producirse mientras otros equipos ya sientan las bases de su futuro próximo. Ya está bien de dar largas y responder con ambigüedades, el Valencia encara una temporada que va a ser muy dura y necesita ponerse en marcha desde ya. No sé cómo van a salvar el gran choque de ambiciones que hay entre el técnico y el club, ni siquiera si esa distancia será salvable, pero el banquillo hace semanas que debería estar claro. Valoren más el tiempo y dense prisa, hay mucho en juego.
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