Mucho honor y gloria para aquellos valencianistas que año tras año renuevan religiosamente su abono. Más aún cuando los resultados deportivos están lejos de lo que se espera del un Valencia CF. Sobre todo por el esfuerzo que supone, en una familia por ejemplo, el ‘tortazo’ económico de renovar uno, dos o tres pases. También reconocimiento para los que lejos de vaciar Mestalla se suman a la causa en forma de nuevas altas a sabiendas de que solo la Liga o la Copa pueden traer nuevos sueños. Que la afición esté con su equipo es la mejor noticia que puede tener un equipo, que por ahora, no sabe qué será de él 14 de agosto contra el Girona en Mestalla. La afición ha sido el sostén del equipo durante estas temporadas y parece que volverá a ser importante, no para mirar hacia arriba, sino para evitar irse para abajo. Mirando hacia el otro campo, en el que también se juega el futuro, Layhoon mira ahora a Ribó. ¿Qué saldrá de la ronda de contactos? Toca esperar.
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