Llegó marcado por una operación económica extraña y que a la postre ha perjudicado al Valencia. Rumbo a Barcelona con el intercambio de Neto y la exigencia de rendir en el Valencia posCentenario. Meriton terminó con el proyecto previo y ese año, a pesar de pasar a octavos de final de la Champions, reinó cierto desconcierto en LaLiga y la pandemia llegó con la plantilla eliminada por la Atalanta en Mestalla.
Ni ese año, ni el de Javi Gracia, ni tampoco este último con Bordalás, el meta holandés fue lo que se imaginaba. Lo que podía ser y no fue. Un portero seguro, frío y sin excesivo carácter pero con unas condiciones sensacionales y que siendo honestos apenas ha mostrado a cuentagotas.
Por culpa de las lesiones, la intermitencia y también por la aparición de un Mamardashvili que sorprendió y se hizo con el puesto. Hace un año el georgiano entró con fuerza y aprovechó la lesión de Cillessen. Un año después el holandés abandona el Valencia.