El empate de Cornellà da para muchas interpretaciones. ¿Es un paso atrás por dejar escapar el 0-1? ¿O es un primer paso por romper la racha de derrotas como visitante? Yo me quedo con lo segundo. También Gattuso y los jugadores, pero siempre desde la autocrítica y la exigencia. Todo lo contrario sería un grave error. El equipo tiene motivos para ver la botella medio llena. Fue fiel a sus señas de identidad, propuso más que el Espanyol, nunca le perdió la cara al partido y luchó hasta el último minuto con recompensa final. Lo único que faltó fueron jugadores contrastados con la experiencia y las tablas suficientes para matar el partido con el gol a favor o parar de alguna forma la reacción del Espanyol. Que este equipo es peligrosamente joven ya se sabía. Y eso, al menos hasta enero, no tiene arreglo. Gattuso es un gran entrenador y seguro que acelera el proceso de maduración de muchos jóvenes, pero como diría José Bordalás: «los milagros, a Lourdes».
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