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Una imagen de la plantilla reunida en torno al Pipo Baraja en PaternaJM López

En vuestras manos

El parón se ha hecho eterno y los problemas siguen ahí. Pero este lunes solo importa escapar del descenso

Esta vez no se ha hablado de que ante el Rayo Vallecano sea una final. Pero por lejos que esté de ser definitivo, sí que se trata del primero de los partidos clave para el Valencia en el mes de abril. El tramo final por la salvación, una realidad absolutamente interiorizada y asumida en Mestalla. Después de un eterno parón, el equipo de Baraja está penúltimo y cierra este lunes la jornada con la certeza de abandonar los puestos de descenso salvo si pierde.

La importancia de la que sería la tercera victoria consecutiva en casa no se discute. Como tampoco la cornada de desaprovechar el viento a favor en vistas de los tropiezos de los rivales directos. Con el discurso ignífugo que desde el primer día lo caracteriza, el Pipo ha vuelto a poner en valor la importancia de depender de uno mismo. Y eso pasa por no fallar. Lejos queda el mal sabor de boca contra el Atlético, la racha a domicilio, los problemas con el gol (a ver qué tal Cavani) y las estrecheces para rascar puntos.

El resto de los problemas continúan ahí y a falta de fútbol no se ha hablado esta semana y media de otra cosa que no fuese Lim, el juicio contra Salvo y el decapitado Aurelio o esa historia de no acabar que es siempre el estadio. Pero ahora solo fútbol.

Ambición

La Segunda está muy difícil. No es fácil ganar y mucho menos con holgura. Pero tan cierto como eso es que ha llegado el momento de que el Levante UD dé un paso adelante. Además, en sentido literal. La falta de ambición contra el Zaragoza le costó el empate (van 15) y casi un disgusto peor. Fuera de los puestos de ascenso directo, en su caso tampoco hay nada definitivo, lo que no quita para asumir que pasó el momento de regalar puntos. El play-off tiene mucho de lotería y llegar a él como premio menor no trae cosas buenas.

Como reconoció el presidente, en la confección de la plantilla se ha puesto «todo y más». Es decir, todo o nada por volver a Primera. La exigencia no debe ser incapacitante pero tienen que sentirla desde el primero al último de los que están ahí dentro. No solo jugadores. Los errores se pagan y la manera en la que se ha perdido a Vezo, otra baja más, es la enésima china en el zapato.

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