Fórmula 1

Y en Ferrari dejaron de inventar

Carlos Sainz vuelve a ser víctima de un Ferrari que se deshincha en ritmo de carrera

Carlos Sainz

Carlos Sainz / EFE

Ángel Castaños

Ángel Castaños

Hace un año, en el Gran Premio de Gran Bretaña, Sainz conseguía su primera victoria en Fórmula 1 con su Ferrari, la única hasta el momento de Carlos. Fue una victoria dura de conseguir, luchando contra su compañero Leclerc y teniendo que batallar con su propio equipo. Fue entonces cuando nació el famoso “Please, stop inventing”.

 Desgraciadamente, poco se ha inventado –mecánica y estratégicamente– hasta el momento en la escuadra de Maranello o, al menos, poco de forma más eficiente que sus rivales. Después del amargo resultado para Sainz en la anterior carrera de Austria, en Inglaterra ha vuelto a sufrir de lo lindo. Primero fue una bronca en las pruebas cronometradas, cuando la preferencia de Leclerc en salir antes que el español y la lentitud del monegasco para empezar su vuelta pusieron en riesgo que el madrileño pudiera comenzar la suya. Carlos no respetó el pacto de caballeros y pasó a Leclerc: era eso o quedarse sin hacer una vuelta.

 En carrera fue todo aún peor. Lo que se suponía era un dulce momento para los coches rojos gracias a una mejor gestión de las gomas, acabó convirtiéndose en un infierno. Hasta diez posiciones perdieron entre Leclerc y Sainz. Y lo más humillante de todo fue ver cómo en menos de medio circuito el madrileño perdía tres plazas. La decisión de su muro de calzarle unas gomas duras en el último tramo de carrera, que ya se había visto que no funcionaban tan bien, le volvió a poner a los pies de los caballos. El coche da muestras de ser una máquina rápida a una vuelta, pero como afirmaba Sainz: “el ritmo de carrera hay que mejorarlo”.

 Pidió Sainz un “stop inventing” el pasado año y parece que en Ferrari le han tomado la palabra. Fuerte, muy fuerte deberá ser Carlos para aguantar la falta de rendimiento en carrera de un monoplaza que –de momento– no tiene visos de mejorar. No pasa lo mismo en McLaren, que empezaron el año en el fondo de la parrilla y le han dado a la situación una vuelta de calcetín que en Silverstone les ha permitido volver al podio. Y todo ello, además, con un Lando Norris no tan lejos del intocable Max Verstappen.