El gran enigma del objetivo

A falta de una semana para el inicio de la temporada, no sabemos las aspiraciones de este Levante

Carlos Ayats, a la salida de la reunión

Carlos Ayats, a la salida de la reunión

Juanma Romero

Juanma Romero

Con el tema social candente, el Levante continúa todavía descabezado en su cúpula, dando pasos para por fin recuperar un organigrama sólido y que haga salir de la interinidad, y por supuesto, para tomar aire, sobre todo acompañado de liquidez, que es ahora lo prioritario. El dinero, como en tantas cosas marca el presente más inmediato, pero también puede definir el futuro para bien o para mal. La estrechez y la cierta agonía, que ahora mismo destila el Levante nos ha llevado a un escenario ya olvidado desde hace muchos años, pero que, desgraciadamente ha vuelto a nuestras vidas. Muchos podíamos barruntar que aquella fatídica jugada ante el Alavés iba a comportar una factura muy alta. En un principio dejó un golpe anímico grande. Ahora, las consecuencias se han visto que son mucho peores. Construido en la opulencia de la Primera División, el reseteo a una estructura más humilde, acorde al nuevo estatus y con recortes necesarios, no está siendo fácil. El edificio ha de perder plantas porque la sostenibilidad ya no está garantizada, y un derrumbe sería inadmisible.

En todo este contexto se añade que estamos a solo una semana de que arranque la temporada. Amorebieta aparece ya en el horizonte. Con el Leganés como último contendiente para hacer probaturas es inevitable caer en dudas respecto al rendimiento del equipo. Aunque los resultados han de quedar en un segundo plano sí que es palpable que Javi Calleja no ha terminado de encontrar todavía la famosa tecla que pueda transmitirnos algo de tranquilidad y confianza. Las dudas son inevitables, aunque es cierto, que, con el clima de incertidumbre social, todo se agudiza o exagera. El gran interrogante que se abre, o que al menos a mí me representa cierta inquietud, es saber a qué se aspira este año. Quiero pensar que, a pelear por volver a Primera, pero los inputs recibidos no están llegando en esta línea. El bloque va a perder talento con las salidas, y al igual que ocurre en el resto de la estructura, la plantilla ha de bajar también su cotización. Es una prueba más que de fuego para Miñambres y para el propio Calleja. De estar en una situación de superioridad sobre el resto, a bajar varios escalones de golpe. La inquietud es saber si esa bajada comporta aceptar objetivos menos ambiciosos que no sean los de perder el tren de cabeza. Pensar en que el reto para por estar situado en la zona media otorga agobio, sabedor que muchos clubes han quedado enclaustrados en la categoría de plata, vagando muchos años en la mediocridad y perdiendo poco a poco los destellos dorados de la máxima categoría. Sería bueno conocer realmente, cuál debe ser el sitio del club, porque como comentaba aquí la semana pasada, la afición granota no es tonta, es sabedora de los problemas, y aunque siempre hay que mostrar optimismo y confianza, eso no desentona con un baño de realidad, primordial también. Es cuestión de saber dónde estamos para conocer hasta dónde podremos llegar. 

Con jugadores todavía no inscritos, ningún triunfo que llevarnos a la boca en este caluroso verano y ese mar de incógnitas, el cronómetro ya avanza para todo, las vacaciones futbolísticas concluyen y el tiempo no espera a nadie. Toca estar preparados para todo. En lo bueno y en lo malo. La familia del Levante lo sabe. Esperemos que desde dentro, también.

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