Tres semanas y media que parecen una vida

Rubén Baraja

Rubén Baraja / SD

Pablo Leiva

Pablo Leiva

El Valencia firmará poco de aquí al final del mercado, pero la sensación es que ni con esas servirá de mucho. Si al final llegan Canós, Amallah y un nueve, las carencias serán prácticamente las mismas porque Baraja tendrá un once titular justito y un banquillo con tantos problemas que asusta. Y los jugadores, la mayoría de ellos, no tienen culpa, pero algunos siguen porque no hay más. E incluso en esos casos deberían abandonar la entidad.

Ojalá Paulista me cierre el pico pero la realidad es que hace mucho que dejó de ser un central fiable. Y mucho menos acorde a uno de los sueldos más altos de la plantilla valencianista. El problema con él es mayúsculo porque además es uno de esos jugadores que, en alguna jornada, puede llevar hasta el brazalete. Espero que Baraja sea consciente del problema que tiene entre manos porque si la plantilla ya es una de las peores de la categoría, el ambiente dentro del mismo es lo que te va a acercar más o menos a la Segunda División.

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