Nadie va a rendirse

El equipo y todo el estadio se sumaron al ejercicio de honestidad de Baraja. Ovación muy merecida

Los jugadores del Valencia celebran un gol en Mestalla

Los jugadores del Valencia celebran un gol en Mestalla / Francisco Calabuig

Rafa Marín

Rafa Marín

Entre rendirse y luchar, el Pipo dijo en la víspera que elegía siempre luchar. Un ejercicio de honestidad al que se sumó el equipo y todo Mestalla y que tuvo como recompensa un partido redondo. El mejor de la era Baraja, cuyo nombre fue merecidamente ovacionado como líder de ese ejército de salvación al que hace lo imposible por dotar de armas. Contra un Atlético desbordado, las cosas salieron bien desde la alineación con las novedades de Canós y Mosquera, ambos por encima del notable. Aunque para nota, primero el sobresaliente de Hugo Duro, reivindicado cuando más se necesitaban sus goles. Y después la matrícula de Javi Guerra, la mayor irrupción en el fútbol español desde la temporada pasada. Un talento descomunal más allá del temple en su golpeo que vuelve a hablar maravillas del entrenador que tuvo el valor de ponerlo y mantenerlo cuando lo fácil habría sido mirar a otro lado.

Que Baraja sea a día de hoy lo mejor de este Valencia dice mucho de su trabajo y retrata de nuevo a Lim, quien ni siquiera se ha dignado a conocerlo. A poco que el máximo accionista le hubiese dado verdaderamente los refuerzos que necesitaba, los nueve puntos sumados de los primeros 15 serían una invitación a mirar hacia arriba en vez de a seguir contando los que faltan para no volver a sufrir. Ni siquiera en los momentos de mayor euforia se dejó de cantar para que se marche, lo que habla de la madurez de una afición plenamente consciente de que apoyar al Valencia es una cosa y sostener a Meriton otra. Ojalá tomen nota los que se están preparando el terreno para justificar el convenio por el estadio. Darle a Lim lo que quiere no es apoyar al Valencia ni a estas alturas hay blanqueamiento posible para esas negociaciones.

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