Mosquera hace fácil algo que es muy complicado

Mosquera

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Pablo Leiva

Pablo Leiva

En un Valencia de otra época entrar y parecer un veterano podía ser hasta algo sencillo. No pesaban las piernas y el viento venía a favor. Sin embargo, la realidad es que en este equipo entrar, destacar y hacerlo de manera natural lo hemos convertido en algo casi sin mérito porque el nivel colectivo es el que es pero hay que aplaudir a cada uno de los jóvenes que lo consigue. Fue el caso de Diego López y Javi Guerra la temporada pasada.

Y es el caso de Mosquera en el presente curso. Su lección desde que debutó ha sido un recital semana a semana. Incluso en su peor día, en Mallorca, donde cometió un error que acabó en gol, demostró que está capacitado para levantarse de los fallos. Y es que el central ha sido incluso capaz de a su corta edad lograr que Paulista, un terremoto a veces sin control, parezca un jugador nuevo cuando está a su lado. El hispanobrasileño, que salía a error por partido hace no tanto, ha calmado su fútbol y más allá del día del Santiago Bernabéu donde todos estuvieron mal, ha conseguido frenar cualquier tipo de duda.

No es casualidad que desde hace unas semanas el debate en el centro de la defensa haya puesto punto y final. Con Mosquera, el Valencia se ha encontrado un futbolista diferencial, con talento innato, con margen de mejora y con una capacidad de crecimiento brutal. Y además Mosquera cuenta con otro punto a su favor: Baraja. Con el Pipo todos los jóvenes están a salvo. De eso no hay duda.