Peter Lim no valora lo mucho que tiene

Celebración de un gol

Celebración de un gol

Andrés García

Andrés García

Que Peter Lim haya decidido no invertir en fichajes en el mercado de invierno duele en las derrotas, pero todavía más en las victorias. O en los empates como el del Barcelona. Estoy convencido de que si el máximo accionista hubiera estado el sábado en Mestalla cambiaría de opinión. Pero ni estuvo. Ni estará. Ni quiere estar. Hace tiempo que abandonó el club. Hace tiempo que no valora lo que tiene. Y lo que tiene es mucho.

Tiene el poderío de un estadio centenario con más prestigio que años. Tiene la energía de una de las mejores aficiones del mundo. Como ha demostrado en las buenas y ahora en las malas. Tiene una camada de jóvenes canteranos ‘made in Paterna’ que son la envidia de muchas secretarías técnicas del fútbol europeo. Y tiene un entrenador como la copa de un pino al que nunca ha llamado y que no deja de hacer milagros desde que asumió la responsabilidad del banquillo.

El último: sacarle provecho a una unidad B que parecía condenada al ostracismo ante su falta de señales de vida. El gran puntazo del sábado fue ver cómo, a falta del OK para fichar en enero, el Pipo recuperó futbolistas. Hugo Guillamón, Roman Yaremchuk y Jesús Vázquez dieron un paso adelante contra el Barça. Diakhaby volvió a lo grande. Por no hablar de los ya asentados en el primer equipo Cristhian Mosquera y Yarek Gasiorowski. Aquí todos quieren sumar. Baraja, sus jugadores, los aficionados... Todos menos Lim. Peter sobra. Está claro. 

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