Decepción, desilusión, desengaño, y desencanto. Ni el Valencia nos dio la alegría que tocaba ni el primer gol en ´Champions´ de Jonas sirvió para nada. Ahora la clasificación está muy complicada, no imposible, pero se ha puesto cara. Los de Emery deben ganar los tres partidos que quedan, en casa al Leverkusen y al Genk y al Chelsea en Londres, mientras espera que el Genk haga la gesta de vencer al Chelsea y Bayer en Bélgica.

Decepción

La victoria era obligatoria. Lo sabían todos, aunque de una forma inexplicable, los alemanes dieron la vuelta al partido en cuatro minutos. El Valencia salió bien, como estaba previsto, pero fue un espejismo que duró algo más de media hora. Antes del descanso estaba fundido.

Desilusión

En la segunda parte se hundió. Se desinfló y enseñó todas la vergüenzas. No se salva ni uno. Jugadores, cuerpo técnico y directiva han tirado por tierra la ilusión valencianista. La ´Champions´ nos ha durado tres partidos, con el balance de dos empates y una derrota. De pena.

Desengaño

Si como coincidimos todos, el once de anoche es el mejor posible, entonces tenemos un problema. El Valencia no juega a nada y cualquier equipo con un mínimo de motivación, como el Leverkusen, te hace un roto. Así no sólo será difícil llenar Mestalla, sino que a este paso se van a quedar solos.

Desencanto

Queda la Liga, la Copa y esperemos que la Uefita. Así que se pongan las pilas jugadores, entrenador, presidente, vicepresidente, secretario técnico y compañía. Otra temporada en blanco nuclear y con la patética imagen de ayer es para huir o convocar una acampada de indignados en la plaza de la Afició.