Sarasol II cuelga los guantes. El exquisito mitger de Genovés dice adiós al mundo profesional a punto de cumplir los 42 años porque se lo pide el cuerpo. El tiempo no ha perdonado tampoco al que, para muchos, ha sido el mejor de la historia en su puesto.

Ayer visitó la sede de Val Net en Silla para comunicar la noticia. Ha sido una decisión meditada, tomada después de un largo periodo de inactividad por culpa de sus problemas en la espalda, que le impidieron disputar la última Copa Diputació. Pero no se va solo por la lesión. Como jugador, ha tocado techo, no se ve con posibilidades de mejorar, ya no alcanzará el nivel que él desea y prefiere no entrar en decadencia y bajar un escalón.

Lo deja, pero seguirá jugando a nivel aficionado. El amor que siente por este deporte que él ha contribuido a hacer más grande es enorme, y por eso espera poder seguir jugando en partidas de fiestas y exhibiciones, y todas las semanas en algún club, aunque todavía no tiene en mente cuál.

José María Sarasol, el hermano pequeño de Enrique, el escaleter seis veces campeón individual que sucedió a Paco Cabanes Genovés, ya no se veía con fuerzas de afrontar la siguiente competición oficial o la partida del día a día que le tocase. 25 años de carrera y todos los títulos oficiales y oficiosos posibles quedan a sus espaldas. Pero lo más importante que ha conseguido Sarasol II ha sido el aplauso y el cariño unánime de todos los aficionados, que sabían que verle anunciado en un cartel era sinónimo de entrega hasta el final y espectáculo.

Sarasol conocía los secretos de este deporte como pocos, sabía el camino más recto para conseguir el quince (siempre en dos golpes, el primero para prepararlo, el segundo para rematar), y encarnaba toda la plasticidad de la escala i corda.

El dominio que poseía de esta modalidad le permitió trasladarse a otras, como toda la gama de juegos en la calle (llargues y galotxa), y también en el frontón, donde hacía valer su izquierda, que siempre levantaba gritos de admiración entre los aficionados. También disputó desafíos puntuales de raspall.

Campeón de todo

El palmarés de Sarasol II a lo largo de 25 años de carrera es de los que asustan. Posee el récord de finales del Circuit Bancaixa jugadas (que comparte con Tino) con 9, de las que ha ganado cuatro, en 1992, 1998, 1999 y 2008. Entre la primera y la última hay 16 años de diferencia, lo que da una idea de lo pronto que empezó, y de los lejos que ha llegado.

La carrera de José María Sarasol como profesional arrancó cuando contaba 16 años y jugó un desafío junto a su hermano Enrique contra Fredi y Pascualín. Aquella partida puso a reventar el trinquet de Massamagrell, y luego se repitió en Pelayo, con idéntico éxito de público. Cada equipo ganó uno de los encuentros y, como relataron las crónicas de la época, en aquellos desafíos había nacido «una estrella» de la pilota valenciana, que no dejaría de crecer hasta su última gran final, hace ahora un año, con la Copa Diputació en juego. Junto a Álvaro, cayó derrotado a manos de Genovés II y Raúl, todo un síntoma de que llegaban aires de cambio.

El mitger de Genovés ha encarnado la regularidad en un deporte en el que no es fácil mantenerse arriba. Sus éxitos se han repartido a lo largo de toda su carrera. Al margen del trinquet, donde ha explotado todas sus cualidades físicas y técnicas, ha ganado infinidad de competiciones internacionales con la selección valenciana, de la que fue uno de sus primeros componentes, y se le nombró mejor jugador del mundo en Paraná (Argentina) el año 2002. Solo Grau ha logrado el mismo honor. Ahora, Sarasol II abre una nueva etapa en su vida alejado de la práctica profesional. Deja un vacío enorme y, con la frialdad que destila también sobre las losas del trinquet, define este trance como «ley de vida».