Con sólo 22 años, Puchol II ha subido a lo más alto de la escala i corda profesional. El resto de Vinalesa se proclamó en la madrugada del pasado viernes campeón de la Copa Diputació de València. Era su segundo gran título, tras la Copa lograda en 2012. Entonces lo consiguió en trío. Pero en 2014, justo un año después de someterse a una operación en el hombro derecho, lo ha conseguido en pareja, en un campeonato repleto de tríos y duetos temibles. Lo hizo, además, contra un trío de Alcàsser formado por Fageca, Javi y Monrabal que le puso las cosas difíciles. Los campeones del Circuit Bancaixa demostraron que también merecían el título.

En esta gesta que ha sido la Copa Diputació para Puchol II ha habido un factor determinante: Dani. El mitger de Benavites se mantiene como número uno en el puesto y ha sido el compañero ideal para el joven escaleter. Es cierto que Puchol II es un chico tranquilo. El viernes, sin ir más lejos, tuvo tres pelotas de partida en tres juegos diferentes. Las perdió todas, pero mantuvo la calma. Después de ir ganando 30-10 y 55-35, el trío le puso contra las cuerdas (50-55). Pero el campeón no varió la estrategia, no falló más de lo lógico después de dos horas de partida. En Bellreguard hubo un entierro, el del joven Pucholet, y un alumbramiento, el de Puchol II, máxima figura para muchos años.

Final agónico

Tal como se desarrolló el choque, nadie se hubiera extrañado si el trío hubiese ganado. Fageca, Javi y Monrabal, que salieron al trinquet fríos y sin chispa, fueron arrollados en la primera mitad del choque, pero empezaron a carburar y se adueñaron de la final en los últimos compases. Llegó un punto en que Dani y Oltra, el feridor de la pareja, no querían ni mirar cuando Puchol II buscaba la galería. Cada pelota que devolvía la grada era un buen puñado de golpes más para unos brazos que ya no daban más de sí. Fageca gritaba desde el fondo del trinquet. El trío campeón del Circuit Bancaixa nunca se da por vencido, y en la final de la Copa arreglaron un mal inicio con una resistencia que hizo explotar el trinquet de Bellreguard.

Cuando a Dani apenas le quedaban fuerzas, Puchol II cogió la responsabilidad de ganar la final. Y echó el resto con la orientación siempre acertada de su feridor y una pegada que nada tiene que envidiarle a la del número uno, Soro III. A este ritmo, el Individual de este año será apasionante.

La clave, los primeros juegos

Puchol II echaba la vista atrás después de levantar el título y consideraba que la clave fue el buen arranque: «Esos primeros juegos nos han permitido aguantar la reacción del trío. Después, al final, lo hemos pasado mal, porque no sabes dónde puedes hacer el quince, y todo depende de que juegues el pelotazo perfecto, depende de ti». Y el campeón logró varios de esos pelotazos perfectos para consagrarse entre los más grandes.