Para Marco, que el miércoles hizo ocho años, fue su primer Derbi en el Ciutat. Y aunque me tiré el partido echándole agua por la cabeza y ajustándole la gorra, sin duda que tampoco será el último. Definitivamente le gusta el fútbol. Y, definitivamente también, creo que va a ser siempre granota. En realidad empezó a serlo desde que le salió el cromo de Morales, aunque no fue hasta el descuento contra el Valencia cuando despejó cualquier duda posible. De modo espontáneo, con el personal apretando el culo por el empate, se giró con gesto serio y me soltó: «No me importa si perdemos, yo voy a seguir siendo igual del Levante».

Crear ilusión, no venderla

Lo pensé nada más salir del estadio, camino del descampado a por el coche. Pero fue el martes, mientras estaba con SuperLópez en Buñol, cuando me decidí a empezar así esta columna. Al míster le tiré por Morales, por Bardhi, por los fichajes, por el sistema, por los resultados y por todas esas preguntas más o menos de manual a las que se termina recurriendo en las entrevistas. Pero él me habló de la gente, de la conexión con la grada, de crear ilusión en lugar de venderla, de cuánto conoce a los levantinistas, de qué es lo que realmente espera un aficionado de su equipo por encima de los resultados. Él me habló, y estaba en lo cierto, de Marco y de todos los que van sumándose a la causa de un club que, con los pies en el suelo, está llamado a hacer cosas cada vez más grandes. Un sentimiento, sin duda, que es contagioso.El sexto puesto

La misma noche de la entrevista a Paco López aposté en la tertulia de Sin Tregua en la 97.7 Radio Levante por un sexto puesto a final de temporada. Para decir que el objetivo son los 42 puntos ya está el míster y la gente del club. Después ya se verá cómo vienen las cosas, pero de salida hay una plantilla compensada y con muchas variantes en la que la competencia está asegurada. No me preocupan los centrales, aunque el club debe ocuparse en traer después de dos años a uno mejor que los que hay. Y espero que al fichaje más caro de la historia lo pongan en su sitio, en todos los sentidos, para que no fracase. Por lo demás, ilusión la máxima. Y si al final Europa es una utopía o la salvación llega por los pelos, tampoco pasa nada. Como Marco, yo seguiré siendo igual del Levante.

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