Investigación

El calvario del vecino de Figueras al que han suplantado su identidad para realizar estafas por Internet

El hombre, de 38 años, lleva cinco juicios acusado de vender entradas para conciertos a través de una red social

La abogada Marta Fernández-Catuxo con Alberto González, que muestra su DNI.

La abogada Marta Fernández-Catuxo con Alberto González, que muestra su DNI. / T. CASCUDO

T. Cascudo / Castropol / Tapia de Casariego

Alberto González tiene 38 años y es natural de Valdés y vecino de Figueras (Castropol). Desde el pasado verano vive un auténtico calvario. En un control rutinario de la Guardia Civil se enteró de que estaba en busca y captura por unas supuestas estafas de ventas de entradas para conciertos a través de Internet. Descubrió así que le habían suplantado la identidad y, desde entonces, no para de recibir citaciones judiciales. Ha acudido ya a cinco juicios de los que ha salido absuelto porque la justicia prima su presunción de inocencia, pero vive con angustia por no saber cuándo se acabará su pesadilla. "Me parece todo surrealista. Sé los problemas que esto me puede acarrear pero prefiero no pensarlo mucho", señala el afectado.

"El problema es que no tiene solución y que se genera una bola difícil de parar. No puedes impedir que una vez que te roben la identidad, dejen de usarla y es algo a lo que estamos todos expuestos, por eso hay que ser cautelosos a la hora de dar tus datos en Internet", señala la abogada Marta Fernández-Catuxo, que lleva el caso de González desde su despacho de Tapia. El primer paso que dieron fue presentar una denuncia ante la Guardia Civil y el Juzgado de Castropol dando cuenta de la usurpación de la identidad. "Es la principal manera de defenderte, denunciar que has sido víctima", apunta Fernández- Catuxo. Desde entonces han tenido cinco juicios en Orihuela (Alicante), Madrid, Cáceres, Málaga y, el último, en Luarca.

Desconocen en qué momento los estafadores se hicieron con los datos del hombre, pero sí saben que se quedaron con su DNI y crearon una cuenta a su nombre en una entidad bancaria de Madrid. También dieron de alta varias líneas de teléfono y abrieron al menos dos perfiles a su nombre en la red social Instagram. Desde esos perfiles se venden entradas sueltas para diferentes conciertos. Se ofrecen las entradas, alguien contacta y se le pide un bizum por el importe. Todos los casos de los que tienen constancia se producen desde febrero de este año en adelante y en todos la cantidad estafada son cuantías de bajo importe, que oscilan entre los 15 y los 150 euros. La baja cuantía motiva que la estafa se quede siempre en un delito leve.

“El problema es que los delitos leves puede generar antecedentes penales y problemas más graves como el bloqueo de tu cuenta bancaria. Por ahora estamos teniendo suerte y las sentencias son absolutorias, pero el daño queda para siempre porque nadie te resarce”, señala la abogada. A la víctima de la usurpación de la identidad esta situación no solo le genera un trastorno personal, sino un gasto de dinero y tiempo importante.