Investigación

La Policía registra el apartamento en Valencia al que el canónigo asesinado llevaba a sus 'acogidos'

Agentes del grupo de Homicidios rastrean el piso en busca de evidencias de la presencia del presunto autor del homicidio, que continúa en prisión

Teresa Domínguez

Agentes del grupo de Homicidios y de la Policía Científica registran desde las once de la mañana de este viernes el apartamento de la playa del Perelló (Sueca) propiedad del canónigo emérito de la catedral de València Alfonso López Benito, de 80 años, asesinado en el piso del Arzobispado de la calle Avellanas en el que residía.

El objetivo de los agentes es buscar evidencias que les ayuden a resolver por completo el crimen del sacerdote, entre ellas, posibles vestigios del paso por ese apartamento de Miguel V. N., el hombre de 40 años encarcelado desde el pasado 27 de enero, acusado de dar muerte al cura y de aprovecharse de ello utilizando su teléfono y dos de sus tarjetas bancarias.

Tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica, ese apartamento era utilizado por el canónigo entre otras cosas, como una especie de picadero al que llevaba a algunos de los hombres, preferentemente de menos de 40 años y siempre en situación de exclusión social y dependencia económica, con quienes mantenía encuentros sexuales.

Entre otros, según la declaración prestada ante el grupo de Homicidios del que se había convertido en su guardaespaldas, chófer y asistente en general, a quien también se habría llevado a ese apartamento del Perelló es al ahora detenido por su muerte. El testigo afirma que eso sucedió en agosto del año pasado y que el cura y Miguel V. N. pasaron tres días en ese piso, de unos 120 metros cuadrados y que compró por algo más de 130.000 euros.

Esa es, precisamente, una de las razones por las que la Policía ha solicitado al juez que ordene el registro del apartamento, para buscar evidencias del paso del único detenido por ahora por su asesinato.

En esta diligencia están presentes, además de los investigadores y los expertos en procesar escenas de la Policía Científica, la letrada de la Administración de Justicia y el abogado de la defensa, el penalista valenciano Jorge Carbó.

Gracias al testimonio prestado por ese 'guardaespaldas', a quien pedía que estuviese presente cada vez que temía alguna reacción airada de alguno de esos 'acogidos', la Policía también sabe que otro de los candidatos a ser llevados al apartamento es 

 en dos plazos por hacerle venir de su lugar de residencia, a casi 700 kilómetros de València, para pasar con él un fin de semana, precisamente el de su asesinato.

Ese joven ha declarado a los investigadores que, la última noche que compartieron cama, mantuvieron "un pequeño encuentro sexual". Y el asistente manifestó que, finalmente, a ese chico no se lo llevó al picadero del Perelló porque él se negó a hacerle de chófer, algo que solía hacer para aparentar un mayor estatus, dado que en el garaje donde aparcaba Alfonso López su Opel Karl aseguran que "siempre lo conducía él".

¿Hubo más implicados?

La inspección ocular del piso podríaa arrojar, además, luz sobre la presencia de otros amantes ocasiones del canónigo, algo crucial para la investigación, ya que no se ha descartado todavía de manera definitiva la posible participación de más personas en el crimen.