El Valencia Basket desaprovechó las derrotas del FC Barcelona, Unicaja y Herbalife Gran Canaria para afianzarse en lo alto de la clasificación de la Liga Endesa tras un muy mal partido ante el UCAM Murcia (73-84). El equipo taronja, despedido con pitos por La Fonteta, no supo igualar ni compensar el alto nivel físico de un rival superior durante todo el encuentro. Los peor, sobre todo, las malas sensaciones exhibidas y que no hacen más que confirmar el juego exhibido hace tres días en Atenas.

Los pitos al descanso serían sólo el aviso de lo que vendría después tras una primera parte para olvidar. En defensa pero, sobre todo, en el aspecto ofensivo. El Valencia Basket nunca se sintió cómodo en la pista ante un equipo muy físico que supo jugar sus cartas a la perfección. Incluso en situaciones donde, sobre el papel, los taronja deberían ser superiores como a la hora de mover el balón o anotar desde el 6,75.

Ahí el conjunto murciano firmó un 5/10 (50%) en los primeros veinte minutos, por un 5/15 (33%) de los locales. De hecho, el equipo de Txus Vidorreta llegó incluso a desquiciar por momentos a La Fonteta con ese abuso del triple. Sólo Dubljevic en el primer cuarto ofreció cierta fiabilidad ofensiva. Poco más. Lo mejor, probablemente, una desventaja de 'sólo' cinco puntos que hacía albergar esperanzas de cara al segundo acto (15-20; min. 10).

Pesaban las bajas de San Emeterio y Vives, más allá de la de Diot, pero también el rendimiento de hombres como Will Thomas, Abalde y sobre todo un Erick Green que no termina de encajar en el puzzle taronja. Su obstinación en el juego individual, unido a un -3 de valoración al descanso, ayudaron muy poco al equipo para intentar remontar una situación cada vez más complicada sobre la cancha.

Y es que la presión era máxima. Del rival, la grada e incluso del palco, donde las caras y los gestos eran de lógica contrariedad por el mal juego desplegado. Aún así, y a poco que Van Rossom lograba imponer algo de criterio entre sus compañeros, el Valencia Basket estaba en partido (23-24; min. 14). Sin embargo, sólo fue un espejismo. Las sensaciones en la pista no tardaron en reflejarse de nuevo en el marcador.

Ni siquiera el tiempo muerto de Vidorreta, al que Latavious Williams prestó menos atención que el doctor Miquel Frasquet o el fisio Pablo Martínez -más lejos no podía estar justo tras ellos-, logró enderezar el rumbo del choque (25-32; min. 16). El UCAM Murcia, mucho más intenso en la pista y con un dominio absoluto sobre el rebote, puso la puntilla en el tramo final del segundo cuarto para irse a los vestuarios once puntos arriba (30-41; min. 20).

La charla de Vidorreta surtió efecto tras la reanudación. Al menos en el aspecto ofensivo donde el equipo movió mejor el balón y cargo mucho más el juego sobre los pívots. Eso provocó, y es lo que se buscaba, que hombres como Lima o Tumba se cargaran con cuatro faltas. Hasta ahí perfecto. El problema, sin embargo, seguía vigente por la falta de anotación. Ni siquiera desde el tiro libre el equipo lograba anotar, circunstancia que Oleson aprovechó para instaurar una máxima de doce puntos (37-49; min. 24).

Las sensaciones, pese a ello, eran ahora diferentes. Sólo faltaba ajustar de una vez por todas la defensa para meterse de lleno en el partido. Algo que sólo con un poco más de atención en el rebote y algún tiro libre de los ocho que se fallaron hasta ese momento se hubiera logrado ya al final de este tercer cuarto. No fue así. Las extrañas decisiones de Sánchez Sixto tampoco ayudaron y tocaba esperar a la heroica en el último cuarto (53-60; min. 30).

El triple de Abalde sobre la bocina del cuarto invitaba a la esperanza. El alero gallego se había sumado de lleno a la causa junto a Van Rossom, Dubljevic, Sastre o Pleiss. Faltaba sólo un poquito más del resto porque el intercambio de canastas no servía. Es más, destrozaba al Valencia Basket que no terminaba de encontrar el sitio en defensa (58-72; min. 32). Ahora era Vitor Benite el verdugo.

Fue el fin para el Valencia Basket, que a partir de ese momento desconectó el interruptor definitivamente (58-77; min. 35). Fundido, sin ideas e incapaz de competir ante un equipo que ahora mismo está fuera de los puestos de playoffs en la Liga Endesa. Así acabaron los valencianos un choque que, al igual que el pasado año, finalizó en claro triunfo murciano y pitos de La Fonteta, muy descontenta con el juego de los suyos.

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