El Valencia Basket ha acelerado en los últimos días los movimientos para fichar a Louis Labeyrie. Superado el plazo del tanteo por Will Thomas, y viendo que el norteamericano tiene pocas intenciones de seguir en La Fonteta, desde la entidad taronja han intensificado las conversaciones por el interior galo, que ya se ha desvinculado del SIG Strasbourg y es libre para firmar con cualquier equipo. Tanto es así que hay una oferta preparada por él por dos temporadas y alrededor de 1,2 millones de euros, y en breve podría haber fumata blanca.

El nombre de Labeyrie viene rondando la órbita del Valencia Basket desde hace más de un mes y, ahora que su llegada está más cerca que nunca, es buen momento para conocer qué tipo de jugador está a punto de fichar el conjunto de La Fonteta. Pese a sus 2,08 de estatura, casi siempre en su carrera ha jugado en la posición de ala-pívot, principalmente por su falta de músculo. Sin embargo, producto de la evolución del baloncesto en general, cada vez más ha ido ocupando la posición de pívot, por lo que ha València llegará como un comodín capaz de alternar ambas posiciones en el juego interior.

Y si versátil es en cuanto a su posición en el campo, más aún lo es en cuanto a su estilo de juego. Es capaz de hacer casi todo en la pista, aunque su principal virtud es la agresividad. Marca diferencias en el rebote ofensivo, algo que consigue gracias a su velocidad y agilidad para la altura que tiene, que le permiten ser más dinámico que otros jugadores interiores en esa faceta del juego. Sufre más quizá en el rebote defensivo, donde hay que usar más el cuerpo para cerrar la canasta, pero sus 7,4 rebotes de media en el SIG Strasbourg la temporada pasada son una garantía de que en la Liga Endesa no tendrá problemas en ese aspecto.

Si en el rebote ofensivo puede ser un arma importante, en defensa quizá más todavía. Con su físico desgarbado, es mucho más móvil que la mayoría de jugadores interiores, lo que le permite realizar a la perfección una faceta clave en el baloncesto moderno. Los cambios defensivos. Labeyrie está acostumbrado a tener que defender a jugadores más pequeños que él en el perímetro y es capaz de aguantar en velocidad a exteriores sin mayor dificultad. Donde más sufre es en la defensa al poste y tampoco es que sea un especialista taponador, pero la versatilidad que ofrece puede ser muy importante ante equipos que utilicen el 'small ball' más que otros.

Por último, en ataque puede ser un jugador perfectamente aprovechable, como demuestran sus 13 puntos por partido la temporada pasada en la Liga Francesa. Lo que más destaca en su juego ofensivo es la capacidad para jugar el dos contra dos, siendo el hombre que pone el bloqueo, ya sea para continuar a canasta y aprovechar su velocidad para llegar bajo del aro antes que su defensor, o para abrirse a la línea de tres y lanzar nada más recibir. El año pasado promedió un 55 por ciento en triples, sin prodigarse mucho es cierto, pero claramente el lanzamiento en suspensión es una de sus armas. En definitiva, un jugador completo que puede marcar diferencias si aterriza en La Fonteta.