Importante victoria del Valencia Basket para arrancar la temporada continental ante un complicado ASVEL Villeurbanne (84-62. Un equipo, el francés, que puso las cosas muy difíciles desde el inicio pero que acabó sucumbiendo en el tramo final ante el mayor empuje y acierto de los locales. Estos minutos finales, precisamente, deben ser el espejo en el que el equipo de Jaume Ponsarnau debe mirarse para construir su futuro. Aún a pesar de que, como también se pudo comprobar, quede mucho trabajo por hacer.

Para hacérselo mirar, y muy seriamente. Así fueron los primeros minutos del Valencia Basket en la que, probablemente, es la mejor Eurocup de la historia. Los locales, de manera sorprendente, cedieron toda la iniciativa del juego a un rival que no desaprovechó la ocasión (4-15; min. 6). Sin ideas y una alarmante pasividad defensiva, a Jaume Ponsarnau no le quedó otra que parar el encuentro con el único objetivo de demandar una mayor intensidad y agresividad. La 'empanada' era total (la valoración era de -5 a 26 por entonces), al igual que la falta de acierto.

La reacción comenzaría a gestarse con las rotaciones. La entrada de Vives y Will Thomas, sobre todo, y posteriormente de Doornekamp y Sastre dieron otro aire al equipo. Principalmente en defensa, donde se estuvo más sólido y consistente a partir de ese instante. El parcial de 8-2 arrojaba ya algo de luz al choque pese a la falta de acierto exterior con un 0/6 en triples (12-17; min. 10).

Vives rompió esa sequía en el segundo acto. El base catalán, con su acierto y dirección, fue determinante en la mejoría del juego taronja. Ahora también con Sergi García al lado, cuyo desgaste sobre la pista fue encomiable (23-25; min. 14). La segunda falta de Vives le llevó directo al banquillo pero, para entonces, el Valencia Basket ya parecía haber encontrado su sitio en el partido. Prueba de ello fue la culminación de la remontada con un triple de Van Rossom (33-32; min. 18).

Así se llegaría al descanso , un punto arriba (36-35; min. 20) y una sensación muy mejorada respecto a lo que había sido el preocupante arranque de los valencianos. Pese a ello, el cuadro taronja continuaba con muchas dudas en su juego y, de ahí, algunos errores incomprensibles en los cambios defensivos. Con todo, el partido seguía en un puño gracias, en parte, a los puntos de Labeyrie (49-47; min. 24).

Se la jugó entonces Ponsarnau sentando al ala-pívot francés para dar entrada a Will Thomas junto a Dubljevic en el juego interior. El equipo lo notó de inmediato para, con un parcial de 7-2, instaurar su máxima renta en el electrónico (56-49; min. 27). Mitrovic pidió tiempo muerto para buscar alternativas, pero dos triples consecutivos de Will Thomas abortaron la reacción gala al instante (64-56; min. 30).

Fue toda una inyección de moral y confianza para el grupo, que por fin apartó los nervios a un lado para empezar a dejar muchas pinceladas en el último cuarto de lo que puede ser el Valencia Basket de esta temporada. Falta, y eso es lo peor, todavía mucho rodaje cuando la competición apenas va a dar ya respiros. Con todo, victoria para la esperanza por 84-62 fraguada a partir del ecuador del tercer acto. Esos últimos quince minutos deben ser, desde ya, el punto de partida para un equipo que aspira a estar de nuevo entre los mejores.