¿Repetir lo de Stamford Bridge? «Me gustaría, sí. Sobre todo el resultado final. San Mamés es también un campo difícil. El Athletic lleva un montón de partidos sin perder en casa, es un equipo fuerte y grande. Lo hecho contra el Chelsea es un buen ejemplo de un pasado reciente y con la misma intención vamos, de vivir una situación parecida», respondía el técnico del Valencia CF antes de afrontar este nuevo compromiso en LaLiga. En realidad, ese Valencia de Londres es la única referencia válida, el único espejo en el que mirarse horas antes de otro partido de gran exigencia en todos los aspectos, física, anímica y de máxima tensión especialmente en las áreas.

La peor de las noticias es a priori que el equipo no llega ni mucho menos con las mejores sensaciones, tanto por los dos golpes recibidos en Mestalla, donde no pudo imponerse a Leganés y Getafe después de las expectativas que había despertado el estreno en la Champions, como por las bajas, todos jugadores importantes, titulares, aunque en realidad este sábado el Valencia CF va a San Mamés a luchar contra todo, contra el Athletic, contra sí mismo, contra la estadística y también contra la historia reciente. Nunca ha ganado allí desde la inauguración del nuevo estadio en 2013 y llega muy obligado a conseguir esos tres puntos ante un Athletic que ahora mismo está en las antípodas, con la moral a tope, en puesto Champions, invicto, con una seguridad defensiva a prueba de bombas y tres victorias sin recibir un solo gol en su feudo.

¿Qué solución va a aportar el técnico ante todos esos problemas y condicionantes que afectan incluso a la propuesta del 4-3-3 por el que ha apostado desde que llegó? «Las lesiones condicionan, sí. Todos los equipos tienen lesiones, es algo que achacamos más al cúmulo de partidos jugados a alto nivel de forma consecutiva. No ayuda cuando no tenemos demasiados jugadores en determinandas posiciones y hay varios lesionados. Intentamos adaptarnos a las situaciones así como van llegando. Lo ideal sería poder contar con todo el mundo y tener alternativas para hacer cosas como queremos», dice.

Aunque, insiste, «se le da demasiada importancia al sistema y no tiene tanta, dependiendo de los jugadores en el campo pasarán unas cosas u otras. Es una manera de colocar a los futbolistas, pero no lo veo tan importante. Si es un día para cambiar de sistema lo decidiremos al hablar en las próximas horas. Aún está reciente el anterior partido, hemos tenido sesiones de recuperación y ya nos preparamos de la mejor manera, pero no es tan importante el sistema». Sí da relevancia al aspecto anímico y a frenar la sangría de goles en contra: «lo que sí hay son ganas de ganar, sin duda. No lo hemos podido hacer en los últimos partidos y queremos ganar. El número de goles encajado es una obviedad que es elevado, aunque está condicionado por el partido de Barcelona. Encajamos más tantos de los que nos gustaría y es una de las cosas que tenemos que mejorar». San Mamés es, desde luego, un examen de auténtico nivel antes de volver a competir en la Champions, el miércoles frente al Ajax. Y sumar en LaLiga.