Real Madrid y Valencia CF vivirán el enfrentamiento más atípico que se recuerda, un partido que se jugará en la ciudad deportiva de Valdebebas, sin aficionados y después de una mini pretemporada después de la suspensión de las competiciones por el coronavirus. Cualquier pronóstico es aventurado y las únicas referencias válidas son los partidos que jugaron ambos equipos la pasada semana, el equipo de Zidane con una victoria ante el Eibar por 3-1 y el de Celades con ese empate en el Derbi ante el Levante UD, dos muestras sobre las que es complicado definir el momento en que llega cada uno de ellos.

Precisamente, el Real Madrid es uno de esos equipos ante los que el Valencia de Celades ha mostrado sus dos caras más distanciadas a lo largo de la temporada. En apenas tres semanas se enfrentaron en dos ocasiones con una imagen y un resultado muy distintos. El primero, un partido en Mestalla que el Valencia CF dominó de manera brillante y en el que solo cedió en el último instante, cuando un error de concentración propició el tanto del empate de Benzema en el minuto 95. El otro, disputado el 8 de enero en el estadio Rey Abdullah de Jeddah (Arabia Saudí), se decidió con claridad a favor del Madrid por incomparecencia del Valencia en aquella semifinal de la polémica Supercopa de Rubiales de tan ingrato recuerdo.

El 15 de diciembre visitó Mestalla el Real Madrid en un momento dulce del Valencia, que venía de golear en el Ciutat de València al Levante por 2-4 y de lograr la clasificación para los octavos de final de la Champions League ganando en el Johan Cruyff Arena de Amsterdam al Ajax. Lo hacía además sin encajar un gol, dejando claro que el equipo había encontrado el camino de la solidez defensiva que necesitaba para ser más competitivo. Sufrió el Madrid en Mestalla, donde no encontró casi nunca el camino de la portería de Jaume, y golpeó el Valencia en el momento oportuno pese a no contar con dos de sus goleadores, Maxi Gómez y Gameiro. Fue Ferran Torres el que actuó en punta junto a Rodrigo y el canterano tuvo su ocasión para batir a Courtois en la primera mitad, pero acabaría siendo Carlos Soler el que culminaba en el minuto 78 la jugada que daba el 1-0 y parecía asegurar la victoria para los locales en un partido casi perfecto tácticamente, con un esfuerzo solidario encomiable en todas las líneas.

Paseo del Madrid en Arabia

Como hace solo unos días en el Derbi, la descoordinación a la hora de despejar un córner botado por el Madrid, que era su última ocasión al estar el tiempo cumplido, acabó con el duro castigo que supuso el tanto del empate. Ceder de esa manera dos puntos amargó un poco la noche, pero los aficionados salieron satisfechos por la imagen de un equipo que atravesaba por sus mejores momentos de la temporada. Nada que ver con lo que vino después, con el cambio de año, empezando por esa Supercopa maldita en la que, después de tanta polémica con Rubiales, el Valencia CF acabaría ofreciendo la peor imagen que se había visto del Valencia de Albert Celades. Una triste puesta en escena, errores de patio de colegio, desgana y hasta un regalo en forma de gol olímpico que convirtieron aquel partido en un paseo para el Real Madrid en busca de la final que también acabaría ganando.

Ni siquiera se pudo achacar aquello a la defensa. Aunque el Valencia se presentó sin Rodrigo y con Maxi Gómez tocado, Celades pudo alinear a su defensa de gala con Wass, Garay, Paulista y Gayà. Ya los quisiera el técnico para el enfrentamiento de este jueves en el Alfredo Di Stéfano, en el que no estará en juego la Supercopa pero sí una de las plazas de Champions para la próxima temporada. Perder la opción de conseguir otro título, primero en los despachos y después en el campo, no fue lo peor. Ese partido marcó un antes y un después en la trayectoria del equipo. Con la única excepción de la victoria en Mestalla ante el Barça, se acabó la brillantez, quedó atrás el espíritu que había llevado al equipo a dar la talla ante rivales top y en grandes escenarios, perdió el norte en defensa y también a Garay por una grave lesión que iba a complicar todavía más las cosas. Para estar arriba hay que recuperar cuanto antes aquellas sensaciones.