Energías renovables

La "escabechina" de los parques eólicos: matan cada año a cientos de miles (o a millones) de animales

Los choques con aerogeneradores y los ‘barotraumas’ provocan numerosas bajas entre aves y murciélagos

Una gran bandada de estorninos comunes vuela junto a una turbina eólica al atardecer.

Una gran bandada de estorninos comunes vuela junto a una turbina eólica al atardecer. / Arterra / Getty Images

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Los complejos eólicos de siete comunidades autónomas provocaron la muerte de, al menos, 8.823 animales los últimos cinco años. Pero eso es solo la punta del iceberg, porque esos datos, recabados por la Fundación para las Conservación el Quebrantahuesos (FCQ), se refieren únicamente a los cadáveres hallados bajo las aspas de los aerogeneradores, por lo que, teniendo en cuenta que muchos cuerpos desaparecen por depredación en pocas horas, que algunos huyen heridos y mueren más tarde, y que su búsqueda no es una labor habitual, la comunidad científica estima que los cadáveres encontrados representan entre el 10% y el 20% de las muertes que realmente se producen.

"Esto significaría, en apenas cinco años, entre 44.115 y 88.230 animales muertos, muchos de ellos especies vulnerables o amenazadas de extinción", denuncia la FCQ. Y eso en solo cinco comunidades, puesto que de las otras doce no hay datos.

Claro que, según la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de los Murciélagos, habría que añadir que cada año los aerogeneradores matan en España entre 84.376 y 253.128 murciélagos (todos ellos protegidos por la legislación española y europea), incluidos los de especies en peligro de extinción y vulnerables.

Ave muerta por impacto en torres eólicas.

Ave muerta por impacto en torres eólicas. / Universidad Pablo Olavide

Hace un par de años, esa asociación estimaba entre 4 y 11 los quirópteros muertos por aerogenerador y año. Este hecho, unido a la baja tasa de reproducción de las diferentes especies de murciélago, en torno a una cría al año, está provocando que la población disminuya de forma drástica, ya que resulta imposible reponer semejante mortalidad.

Sumado todo ello, las muertes de animales provocadas por los aerogeneradores podrían superar ampliamente el millón en cinco años. Pero otras fuentes, como la Sociedad Española de Ornitología, elevan esa cifra, hasta los 18 millones de animales al año, una auténtica "escabechina", según los conservacionistas.

Aspas a 200 kilómetros por hora

Sí se ha podido constatar, por ejemplo, que entre 2020 y 2022, solo en los parques eólicos de Aragón y Navarra se recogieron muertos 1.387 buitres leonados, 6 alimoches, 30 águilas reales, 58 águilas culebreras y 76 milanos reales.

Más: en 2021, solo en un centro de recuperación de fauna salvaje aragonés se comprobó que los eólicos provocaron la muerte o heridas a ejemplares de 98 especies diferentes.

Uno de los problemas a los que se enfrentan las aves y los murciélagos es que las puntas de las aspas de los eólicos pueden llegar a alcanzar los 200 kilómetros por hora con movimientos circulares. Algo con lo que no han tenido que lidiar hasta ahora.

Como nunca antes convivieron con nada que se mueva a esas velocidades, no son capaces de calcular bien las distancias. En todo caso, aproximadamente la mitad de los murciélagos mueren sin chocar con las aspas, por cambios bruscos de presión en el aire, y las consecuentes hemorragias internas. Son lo que los entendidos denominan ‘barotraumas’ (los más comunes son los que la altitud provoca en el oído).

Aves y murciélagos tienen otra característica común que les hace víctimas propiciatorias de los aerogeneradores: su curiosidad. Las torres y las aspas les llaman mucho la atención, del mismo modo que haría un árbol gigantesco. Normalmente no pueden resistirse y se acercan a curiosear, con resultados mortales en muchos casos.

Parque eolico de Barao de Sao Joao.

Aves revoloteando en torno a un aerogenerador. / EFE

Los colectivos conservacionistas luchan desde hace años por modificar las leyes de modo que exijan estudios de impacto ambiental adecuados y adaptados a las directrices europeas, algo que dicen que, en España, no se cumple.

Exigen asimismo medidas correctoras; entre ellas, estudios detallados sobre la ubicación de los aerogeneradores en relación con zonas de paso o campeo de aves.

Pintar las palas de negro

Algunas de medidas correctoras ya se aplican en parques eólicos españoles, pero no están generalizadas. Un ejemplo es un sistema que incluye cámaras que detectan cuando se acerca algún animal y que emite sonidos estridentes que espantan a los ‘visitantes’. Hay expertos que aseguran que este sistema reduce la mortalidad en un 70%.

Una de las medidas correctoras que se han ensayado con éxito es pintar una de las aspas de los aerogeneradores negro. Un estudio realizado en Noruega concluyó que este sistema también reduce en un 70% la mortalidad.

¿Por qué pintar solo una pala? Según los autores de aquel estudio, porque así se consigue un mayor contraste, que hace que los aerogeneradores sean más visibles para las aves, y que estas sean capaces de cambiar su rumbo para evitar la colisión. Este sistema también se ha probado con éxito en algunos parques españoles.

En todo caso, pintar de negro las palas también genera problemas, como que puede provocar un calentamiento excesivo en días soleados y aminorar la protección en caso de tormenta eléctrica, entre otros. Además, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea exige pintar las aspas en colores blancos o grisáceos para garantizar la seguridad y la regularidad de las operaciones de las aeronaves.

Parques eólicos en La Coruña

Parques eólicos en La Coruña / Lavandeira Jr. / Faro de Vigo

Ya se está utilizando en España desde hace unos años el DTBird, un sistema autónomo capaz de realizar un seguimiento en tiempo real de las aves con cámaras de alta definición y térmicas y que detiene las aspas si hay riesgo de colisión.

Asimismo, se están probando sistemas similares que utilizan la inteligencia artificial para proteger a los animales de los parques eólicos. Y en Israel se están realizando ensayos con drones, que transmiten una combinación de señales ultrasónicas y luces, que provocan que los animales, en especial los murciélagos, vuelen a mayor altitud y salven los aerogeneradores.

El problema es que los aerogeneradores se cuentan por decenas de miles en España, y los animales voladores cada vez tienen más difícil avanzar sin toparse con alguno de estos gigantes.

Informe sobre el uso de drones en parques eólicos: https://zslpublications.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/rse2.316