Es lo normal a estas alturas del campeonato y más normal todavía si el origen de todo es una apuesta clara y contundente por parte de Alemany hacia su entrenador -¿acaso es más que un entrenador?- cuando apenas llegó al club y apostó claramente por Marcelino de forma pública y notoria allá en nuestro querido Singapur. Fichar a un entrenador o apostar por un entrenador de alguna forma te condiciona tu opinión sobre él y tu opinión sobre sus acciones. El problema de Alemany con Marcelino no es que nuestro Director General haya apostado por él de forma clara en un principio. El problema real en estos instantes es que Alemany le ha otorgado a Marcelino mucho más poder del que debe tener un entrenador de fútbol de un equipo normal. La maniobra de Alemany se vuelve en su contra por mala ejecución de su elección. Miren, un equipo de fútbol puede y debe fichar al entrenador que crea conveniente. Ahora bien, fichar a un entrenador que estimes que es competente no es lo mismo que otorgarle todo el poder de fichajes y desfichajes y que encima le salga mal y los resultados sean preocupantes. Yo les voy a ser claro. Veo a Marcelino como un buen entrenador, cabezón con su 4-4-2 pero buen entrenador, pero lo que también veo de forma inmisericorde es a un mal ejecutivo al frente de todo el capítulo deportivo del club. Los pasos que ha dado Marcelino en su segundo año de entrenador han sido lamentables. Ni ha sabido conducir de la misma manera que la temporada anterior a su plantilla ni ha sabido fichar futbolistas para convertir al Valencia en una escuadra potente para la Liga y una ilusionante Champions que hemos malgastado.

Marcelino se ha equivocado lo miremos como lo miremos pero el responsable de permitirlo no es otro que Alemany, que de alguna forma es la cabeza visible del actual fracaso del Valencia. Miren, que Alemany se cargue hoy en día a Marcelino de alguna forma es pegarse a él mismo una pedrada considerable. Y en esta tesitura es normal que Alemany abogue sin cortarse por la labor de Marcelino. Ahora bien, Alemany lo que debería pensar es que el Valencia CF jamás puede estar deportivamente en manos de un entrenador que obviamente corre el riesgo de fracasar, y si fracasa él, por obviedad, fracasa a su vez la programación deportiva el club en cuestión, en este caso el Valencia.

Veremos qué nos depara el futuro pero lo veo complicado. Por el bien de todo espero que el Valencia reaccione ya y que Marcelino negocie el grupo con raciocino en lugar de hacerlo trabajando como un Director Deportivo que el Valencia sí debería tener para acotar el poder que está mal empleando Marcelino en el Valencia. El entrenador sí sabe entrenar...pero lo que no sabe ni hace bien es confeccionar una plantilla competente para cumplir las mínimas exigencias. Y por ahí, amigo Alemany, fracasamos en normalidad.

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